Nicaragua y Panamá crecerán más en 2017, reporta el BM

Los países de América Latina y el Caribe deberían ahorrar parte de sus ingresos en los momentos de bonanza económica, aunque eso signifique una mayor prudencia en el manejo de las finanzas y a la postre una reducción en el gasto público, y estimular la economía, mediante un mayor gasto o menores tipos impositivos en los momentos más difíciles.

Eso concluye el estudio “Contra viento y marea: Política fiscal en América Latina y el Caribe en una perspectiva histórica”, presentado ayer por el economista jefe del Banco Mundial (BM) para América Latina y el Caribe, Carlos Végh, quien aseveró que muchos países de esta región se han trasladado en los últimos años de una política “procíclica” a una “contracíclica”.

MEJORÍA ECONÓMICA

De acuerdo con el BM, esta región experimentará un crecimiento económico de 1.5% en 2017 y de 2.5% en 2018.
En ese contexto de crecimiento económico positivo de la región, México crecerá alrededor de 1.4%, mientras que Centroamérica y el Caribe, según las proyecciones del BM, mantendrán un ritmo constante de crecimiento de alrededor de 3.8%.
Pero esta región viene de seis años de desaceleración económica (incluidos los dos últimos años, de crecimientos negativos), que ha provocado el deterioro de las cuentas fiscales en la mayoría de los países de la región.

Végh mencionó que 29 de los 32 países de América Latina y el Caribe tienen un déficit fiscal, el cual en promedio en la región se ubicó en 3% el año pasado.
“Como resultado de esta acumulación de déficits fiscales, el volumen total de deuda creció con los años, alcanzando una deuda bruta promedio de 50% del PIB para la región en general, con países como Jamaica y Barbados llegando a niveles de deuda de 119 y 109 por ciento del PIB, respectivamente”, afirmó el organismo en un resumen ejecutivo del mencionado estudio.

PAÍSES PROCÍCLICOS

Los países que ponen en práctica políticas fiscales “procíclicas” incrementan su gasto público cuando hay bonanza económica.
“Nuestra teoría es que las presiones político-económicas para aumentar el gasto en los buenos tiempos, junto a un acceso limitado a los mercados crediticios internacionales en los malos, explican esta trampa de prociclicidad fiscal”, define el informe.
Lo contrario sucede con una política fiscal “contracíclica”, que, según el estudio, ha servido a varios países de la región para sobreponerse a los momentos de desaceleración o recesión económica.
“Que un país sea procíclico o contracíclico es clave para entender su comportamiento fiscal a lo largo del ciclo económico. Si un país es contracíclico, entonces los déficits fiscales en tiempos difíciles pueden, en parte, deberse a un intento de estimular la economía mediante un gasto mayor o menores tipos impositivos. Esto explicaría el fuerte aumento del gasto durante el período 2008-2009 en países como Chile, Colombia y México, como forma de estimular la economía durante la crisis financiera global. Chile en particular adoptó un paquete de estímulo fiscal equivalente al 2.8 por ciento del PIB, más o menos de la misma magnitud que el implementado por los Estados Unidos”, comentó el BM.
Así es que Carlos Végh concluyó en su presentación que “en general, la mejor política es ahorrar en buenos tiempos y desahorrar en los malos. Los problemas fiscales de la mayoría de los países se deben a la falta de ahorro en los tiempos de bonanza. Cuando llegan los tiempos malos suele ser demasiado tarde. Más vale prevenir que curar”. 
El estudio reveló que en la última década Chile, Colombia, Guatemala, México, Paraguay y Perú se volvieron contracíclicos, pero otros países como Argentina, Bolivia, Brasil, Nicaragua, Panamá y Uruguay siguieron siendo procíclicos.

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