Las dificultades del Deutsche Bank para encontrar comprador para su negocio en España empiezan a preocupar a su plantilla. El banco alemán tiene 700.000 clientes, 230 oficinas y 2.600 empleados, para los que se abre una etapa de incertidumbre que, en el mejor de los casos, puede terminar con recortes, a la luz de la evolución del sector en España y de que a nadie le encaja el negocio de Deutsche Bank (DT).
El banco alemán ha puesto a la venta su negocio minorista en España, por el que esperaba sacar 2.000 millones de euros pero que los analistas valoran entre 545 y 750 millones, después de que la entidad, que pasa por serias dificultades, decidiera dejar fuera de la operación su negocio minorista y DB Portugal. El mercado ha reaccionado con frialdad.
Como adelantó Economía Digital, el Deutsche Bank no tiene quien lo quiera. Los grandes bancos no tienen interés en comprar un negocio con poco volumen para sus estándares, con el que tienen duplicidades y que no saben si van a poder retener. Es el caso de BBVA, Caixabank y Sabadell, además del Santander, inmerso en la compra del Popular, y de Bankia, con BMN. De hecho, ni siquiera han firmado el acuerdo de confidencialidad para tener acceso a información detallada de la venta.
Por lo que respecta a entidades de menor tamaño, el negocio sí que les podría encajar, para intentar crecer en las principales ciudades, pero o no tienen músculo o no ven claro que sea un buen negocio. Unicaja está concentrada en su salida a bolsa e Ibercaja duda de que los clientes de DT, que buscan la diversificación, se queden mayoritariamente en el banco tras una posible compra.
Los grandes bancos no quieren el negocio de Deutsche Bank, que tiene pocas alternativas
Así las cosas, se abre un proceso de incertidumbre. Pueden pasar varias cosas, según las fuentes consultadas: que algún banco termine rectificando y dando el paso, algo que parece difícil pero no se puede descartar en un sector en constante concentración; que ninguno lo haga y el Gobierno presione para que se lleve a cabo la compra; que no haya ofertas y Deutsche dé marcha atrás y deje la venta para otro momento, o, la más extrema, que el banco alemán decida cerrar su negocio en España pese a no tener ofertas.
La mejor situación para los 2.600 empleados de DB en España es que haya alguna oferta. Dependiendo del banco, las duplicidades serán más o menos grandes, pero se prevén muy altas. Cuando se compra una entidad, se compran sobre todo sus clientes y activos. En este caso no son muchos, y si además muchos huyen, el futuro no es muy halagüeño. Y más en el caso de que la compra sea inducida por el Gobierno… Lo mismo pasa con las oficinas. Varias fuentes coinciden en que, con la mayoría de entidades todavía en proceso de reducción de sus redes, quien compre DB será para cerrar sus 230 oficinas.
Volviendo a la plantilla: por ejemplo, con la compra del Popular por Santander, se habla de un recorte de la mitad de la plantilla, aunque no son cifras oficiales. Es un caso distinto pero también con muchas duplicidades. Un caso más parecido es la compra del negocio de Barclays, que tenía 2.400 empleados, por parte de Caixabank. Desde entonces, entre prejubilaciones y salidas voluntarias, se han ido del banco catalán unas 1.700 personas. Con estas proporciones, en DB podría haber un excedente de entre 1.300 y 1.800 empleados.
El recorte en Deutsche Bank España podría ir de 1.300 empleos a toda la plantilla
Si no hay venta, la incertidumbre puede ser todavía mayor. Deutsche Bank puede decidir dar marcha atrás. Su situación ya no es tan desesperada como hace unos meses, después de la ampliación de capital de 8.000 millones, por lo que es una opción. Además, las fuentes consultadas coinciden que no es un buen momento para la venta: Santander-Popular, Bankia-BMN, Unicaja saliendo a bolsa, Caixabank y Sabadell integrando BPI y TSB respectivamente… Todos los principales bancos tienen otras prioridades.
En caso de paralizarse la venta, Deutsche podría optar por hacer directamente los recortes y así dejar una entidad más atractiva para reintentar la venta más adelante. Siempre será mejor para su plantilla que la alternativa: que mantenga su intención de salir de España y opte por cerrar todo su negocio. Sería el más doloroso para sus 2.600 empleados, que perderían el empleo. Todo está en el aire, pero los escenarios no son positivos.
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