'Blockchain' La moneda rival de bitcoin se apunta a financiar cine

Cuando la cineasta italiana Mitzi Peirone llegó con 19 años a Nueva York, cargaba una maleta llena de proyectos, todos relacionados con el arte. Seis años después, ya con el guion de su primera película bajo el brazo, comenzó a tocar las puertas de varios productores para que financiaran su ópera prima. Pero no tuvo suerte hasta que conoció a Joseph Lubin, cofundador de Ethereum, el gran competidor de bitcoin, que le propuso utilizar la tecnología blockchain en la que él estaba trabajando para conseguir la financiación que buscaba. Braid se convertía así en la primera película norteamericana en financiarse en divisa digital.
¿Cómo iban a utilizar el blockchain para financiar esta película? Además de desarrollar los ethers, una moneda digital alternativa al bitcoin, Lubin acababa de fundar ConsenSys, una empresa dedicada al desarrollo de aplicaciones de tecnología blockchain con la que pretendía ayudar a Peirone en su proyecto. Los ethers no tienen billetes ni monedas físicas, ni son emitidos ni controlados por un Gobierno. Ha sido tal el entusiasmo por las monedas virtuales que en la actualidad su valor llega a los 100.000 millones de dólares, frente a los 20.000 millones de dólares a principios de 2017, según el sitio CoinMarketCap.com.

Dos años han pasado desde que el empresario tecnológico y la cineasta se encontraron. Joseph Lubin, como productor ejecutivo del filme, cuenta que el thriller psicológico Braid inaugura la plataforma WeiFund, un sitio de crowdfunding desarrollado por ConsenSys y que trabaja con blockchain. Se trata de una plataforma que funciona como un libro contable de acontecimientos digitales compartido por millones de ordenadores conectados en el mundo, con facultad para transferir y almacenar información confidencial en un espacio seguro, permanente y anónimo.
  • El acuerdo
La campaña de recolección de fondos de Braid comenzó el pasado 7 de junio y estará dos semanas más activa con el objetivo de recaudar 1.7 millones de dólares. Cualquier persona del mundo —menos en EE UU, donde las regulaciones de seguridad elevan las tarifas de inscripción— se puede convertir en inversor del filme. “Estos inversores también podrán ser productores: recibirán una retribución equivalente a un 15% de la suma aportada cuando la película comience a recuperar costes y del 30% de los beneficios. Se trata, pues, de una mezcla de crowdfunding y de inversión financiera", asegura Joseph Lubin.

¿Qué pasa en España?

En el ámbito español, Cristina Andreu, vicepresidenta de CIMA, la asociación de mujeres cineastas y de medios audiovisuales, aboga por las nuevas tecnologías para apoyar el cine independiente. Y apunta que en España estas películas no están bien financiadas, puesto que “las que más recaudan en taquilla son las de género, producidas por televisiones privadas, como Atresmedia y Mediaset”. Por ello, Andreu augura que sitios como Weifund “harán que los cineastas que tienen voz propia puedan financiar sus películas”. Y así, además, ayudaría a que muchas mujeres puedan realizar filmes. “El cine independiente forma parte de la cultura de un país y rara vez tiene salida porque es difícil de financiar. Gracias a las plataformas tecnológicas hay más opciones para ver y para recaudar dinero”, sentencia la vicepresidenta.
La singularidad de esta recaudación es que Ethereum destaca por incorporar contratos inteligentes. Solo pagan a las partes después de que se cumplan y verifiquen ciertas condiciones. Imagínate configurar un algoritmo que pague automáticamente a tu técnico de aire acondicionado solo después de comprobar que tu casa está refrigerada.
  • Un modelo rompedor
Volviendo al terreno audiovisual, parte de Ethereum es, además, Singular DTV, una plataforma de producción de contenidos que trabaja para la creación de una industria dedicada al entretenimiento totalmente descentralizada de las productoras tradicionales. Su objetivo es cambiar la gestión de derechos, la financiación de proyectos y la distribución entre usuarios. Singular DTV dota a los creadores de las herramientas necesarias para gestionar sus proyectos de manera autónoma, desde su desarrollo hasta la distribución.
El crowdfunding ya existía: los cineastas independientes a menudo recurren a plataformas como Kickstarter o Indiegogo para buscar fondos. Una película financiada por esas plataformas podría recaudar millones de dólares, pero sus donantes jamás verían ningún retorno, al menos en dinero. Lo que Weifund pretende es que los donantes abracen el proyecto y se conviertan en inversores para beneficiarse económicamente, siempre que la película tenga éxito.
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  • La independencia del cineasta
Una de las ventajas que promete este sistema de recaudación es la libertad del cineasta, que se convierte en soberano para preservar la integridad artística, poniendo la historia en primer lugar, en vez de arrodillarse frente a los mandamientos de la industria de Hollywood. Desde Nueva York, Mitzi Peirone asegura por Skype que “el crowdfunding es una herramienta perfecta para una película independiente, porque permite crear historias nuevas y creativas”, algo que muchas veces son rechazadas por las grandes productoras que necesitan rentabilidad segura. Y pocas se atreven a arriesgar.

Los productores de Braid esperan tener la película a tiempo para presentarla el próximo año en el Festival SXSW en Austin (Texas), una de las citas más importantes de cine independiente, música y tecnología. El SXSW también es la meca de las tendencias mundiales: fue allí donde se lanzó Twitter en 2007. Probablemente el lugar perfecto para presentar una producción sacada adelante gracias a la recaudación en moneda virtual.

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