Los trabajadores 'pobres' no pueden sostener a los jubilados 'ricos'


Antonio García tiene 65 años y, tras formar parte del despertar económico de España, acaba de jubilarse. Durante sus años en activo tuvo un sueldo medianamente elevado, lo que le permitió aportar unas cotizaciones sociales altas y, en consecuencia, la pensión a la que tiene derecho también lo es. De hecho, es mucho más alta que la de José González, que en los años de mayor crecimiento económico ya había dejado el mercado laboral, y ahora ha causado baja del sistema de pensiones, es decir, ha fallecido.

Esto que ocurre con estas dos personas ficticias, y que simplemente responden a los nombres y apellidos más comunes de España según el INE, es lo que está soportando la Seguridad Social. Las personas que llegan al sistema tienen derecho a unas pagas que, por ejemplo en el mes de noviembre del año pasado, hicieron que la pensión media de jubilación fuese de 1.310 euros, mientras que la de los que causaron baja era de 966 euros. Además, gracias al incremento de la esperanza de vida, las personas que se jubilan cada mes superan ampliamente a las que fallecen. Así, en ese mismo mes 26.336 se dieron de alta como jubilados y 20.356 de baja. En resumen: se jubila más gente de la que fallece y su pensión es muy superior, algo que se puede extrapolar al conjunto de pensionistas.
De forma paralela, las condiciones del mercado laboral mejoran y, según el último dato de la Encuesta de Población Activa (EPA), el paro está en su nivel más bajo de los últimos siete años. Pero, aún así, la moderación salarial sigue imperando, situación que el propio Gobierno quiere que se mantenga para que no se ralentice el ritmo de creación de empleo, y muchos trabajos son temporales y/o a tiempo parcial. Esta situación provoca que las aportaciones sociales, que es de donde debe salir el dinero para pagar las pensiones, no puedan sostener las cada vez más altas pagas a las que los nuevos jubilados tienen derecho.

El sistema, por lo tanto, tiene aquí un foco de tensión que está haciendo que los gastos crezcan mucho más rápido que los ingresos. En concreto, y según los últimos datos publicados por la Intervención General de la Administración del Estado (IGAE), hay una diferencia de 735 millones de euros al mes, que en términos porcentuales supone un desfase de más del 27%.
"Los nuevos pensionistas llegan con cargas de cotización más altas, y esto da lugar a pensiones más elevadas. Frente a esto, los ingresos, las cotizaciones, no han respondido con la misma elasticidad que lo hacían en el pasado porque se trata o bien de salarios más bajos, o bien de contratos temporales. Hay una insuficiencia de ingresos que se deriva de los problemas del mercado laboral", explica Eduardo Bandrés, director de Economía Pública y Bienestar de Funcas.

"Esto tiene que ver con la sostenibilidad del sistema", prosigue Bandrés, "el crecimiento de los ingresos va por debajo del crecimiento del gasto, y provoca que la Seguridad Social tenga un déficit de 17.000-18.000 millones al año". Por ello, el responsable de la Fundación de las Cajas de Ahorros considera que es necesario "repensar" un sistema que, "según algunos estudios, podría presentar un déficit estructural de hasta el 1,5% del Producto Interior Bruto (PIB)".
"Posiblemente lo que habrá que hacer es completar las pensiones con impuestos porque lo que no tiene sentido es incrementar cotizaciones sociales, ya que esto lastra la creación de empleo. Yo me inclinaría por fuentes vinculadas a los impuestos indirectos, destinando anualmente a la Seguridad Social una parte de la recaudación de, por ejemplo, el IVA. Pero todo esto debe hacerse en el marco de una reformar tributaria", concluye Bandrés.

El reto demográfico

Un diagnóstico similar, en cuanto a la necesidad de modificar el sistema y el origen de sus problemas, es el que ofrece Jose Ignacio Conde-Ruiz, subdirector de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea). El primer paso, apunta este doctor en Economía, es luchar contra la precariedad laboral que existe en España. "Es una de las más grandes de los países industrializados, es un suicidio. Luchar contra esto es primordial, ya que además de aumentar los ingresos ayudaría a elevar las tasas de fecundidad", afirma. En esta misma línea, defiende que también es totalmente necesario «alcanzar el pleno empleo, mejorar la educación para incrementar la tasa de crecimiento de la productividad e incrementar los ingresos del sistema de pensiones».
Sin embargo, "el desajuste es tan alto" que, aunque se logren todos estos objetivos y por mucho que el Gobierno asegure que la creación de empleo es la mayor garantía para el futuro de la Seguridad Social y de las pensiones, Conde-Ruiz estima que el reto demográfico que plantea España demanda nuevas e importantes medidas.
Y es que, como ya se ha señalado antes, el aumento de la esperanza de vida se está convirtiendo en un problema para la sostenibilidad del sistema. "En las próximas décadas, España tendrá, previsiblemente, una de las tasas de dependencia más elevadas del mundo, y la más alta de la UE. Según el INE esta tasa, definida como la ratio entre la población mayor de 67 años y la población de entre 16 y 66 años, aumentará del 24,8% actual al 60,2% en 2050", explicaba Conde-Ruiz en un estudio que ha publicado esta semana y en el que añadía: "En unas décadas tendremos prácticamente un trabajador por cada jubilado. Por otro lado, parece muy improbable que se produzcan aumentos importantes de la tasa de fecundidad u otra llegada masiva de inmigrantes".
Ante este complicado escenario, el subdirector de Fedea advierte de que es necesario actuar ya. "Los cambios que hoy se introduzcan son los que afectarán a los que se jubilen dentro de 20 o 25 años", explica Conde-Ruiz, que además aporta una solución que viene defendiendo desde hace tiempo: las llamadas cuentas nocionales. Este sistema recoge todo lo cotizado por cada trabajador y calcula, en función de variables económicas y también de la esperanza de vida, cuál es la pensión que le corresponde en cada momento. De esta manera, el futuro pensionista podrá seguir trabajando hasta que llegue a los ingresos que considere necesarios para su jubilación, esto es, podrá alargar su vida activa que es lo que, sin lugar a dudas, deberá hacer la mayor parte de los actuales trabajadores.
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