La Habana, 28 nov (PL) Desde el emblemático documento La Historia me absolverá el líder histórico de la Revolución Cubana, Fidel Castro, exhibió una constante preocupación por la economía y su desarrollo, recuerdan hoy especialistas.
Su pensamiento estuvo integrado por la doctrina marxista de conjunto con la ética martiana, pues de esa conjunción partió su enfrentamiento a las medidas restrictivas económicas y comerciales de los Estados Unidos contra Cuba por más de 50 años.
De ahí que muchas de sus frases más significativas las recoja el sitio web enciclopédico sobre Cuba Ecured (ecured.cu), donde se expone un conjunto de sus ideas más importantes al respecto. Señala esa página, que Fidel reflejó el abismo de desigualdad entre los niveles de desarrollo de los países industrializados y los subdesarrollados fenómeno económico que continúa profundizándose.
Dijo que la deuda externa se convirtió en un obstáculo para el desarrollo, y calificó el hecho como la más moderna forma de dependencia neocolonial para los países subdesarrollados.
Aclaró que tal suceso agrava el intercambio desigual y profundiza el proteccionismo, lo que conlleva a la reducción de manera drástica de los flujos financieros externos para el desarrollo.
En consecuencia, vaticinó, el pago de la deuda externa ni puede llevarse a cabo en la práctica, ni lo resisten nuestros países, y constituye un imposible económico, político y moral.
Una de sus frases más emblemáticas, repetida a través de los años, está en 'Páguese la deuda ecológica y no la deuda externa. Desaparezca el hambre y no el hombre'.
También significó en otra oportunidad que el intercambio desigual arruina a los pueblos, y por tanto la inflación que se exporta arruina a los pueblos pobres.
En ese panorama que conlleva calamidades, sobre todo de naciones de América Latina, bien encaja otra de sus frases más recurrentes, cuando dijo: 'Los recursos financieros que reciben los países en desarrollo, son insuficientes! Y deben ser aumentados! '.
La guerra y sus afectaciones a los pueblos tuvieron su espacio significativo en el problema del comercio de armas, y su impacto negativo. Al respecto refirió que los gastos en armamentos son irracionales, y los fondos empleados en ello deben ser destinados al desarrollo.
Muchos son los asuntos que el líder abordó desde el punto de vista de la economía, como es el caso de que el sistema monetario internacional predominante está en bancarrota y debe ser sustituido.
Sobre estos temas, su versatilidad es abundante, sobre todo en la advertencia acerca del abismo económico entre los países ricos y los que quieren desarrollarse.
Su insistencia al respecto grabó las mentes de muchas generaciones, con una actualidad sorprendente, sobre todo en momentos de la búsqueda de la paz en Colombia y otros sitios del mundo.
Por lo que se recuerda su frase: 'Luchar sin descanso por la Paz, por mejorar las relaciones internacionales, por detener la carrera armamentista, por reducir drásticamente los gastos militares y exigir que una parte considerable de esos fondos cuantiosos sean dedicados al desarrollo del Tercer Mundo'.
lma/rfc
De ahí que muchas de sus frases más significativas las recoja el sitio web enciclopédico sobre Cuba Ecured (ecured.cu), donde se expone un conjunto de sus ideas más importantes al respecto. Señala esa página, que Fidel reflejó el abismo de desigualdad entre los niveles de desarrollo de los países industrializados y los subdesarrollados fenómeno económico que continúa profundizándose.
Dijo que la deuda externa se convirtió en un obstáculo para el desarrollo, y calificó el hecho como la más moderna forma de dependencia neocolonial para los países subdesarrollados.
Aclaró que tal suceso agrava el intercambio desigual y profundiza el proteccionismo, lo que conlleva a la reducción de manera drástica de los flujos financieros externos para el desarrollo.
En consecuencia, vaticinó, el pago de la deuda externa ni puede llevarse a cabo en la práctica, ni lo resisten nuestros países, y constituye un imposible económico, político y moral.
Una de sus frases más emblemáticas, repetida a través de los años, está en 'Páguese la deuda ecológica y no la deuda externa. Desaparezca el hambre y no el hombre'.
También significó en otra oportunidad que el intercambio desigual arruina a los pueblos, y por tanto la inflación que se exporta arruina a los pueblos pobres.
En ese panorama que conlleva calamidades, sobre todo de naciones de América Latina, bien encaja otra de sus frases más recurrentes, cuando dijo: 'Los recursos financieros que reciben los países en desarrollo, son insuficientes! Y deben ser aumentados! '.
La guerra y sus afectaciones a los pueblos tuvieron su espacio significativo en el problema del comercio de armas, y su impacto negativo. Al respecto refirió que los gastos en armamentos son irracionales, y los fondos empleados en ello deben ser destinados al desarrollo.
Muchos son los asuntos que el líder abordó desde el punto de vista de la economía, como es el caso de que el sistema monetario internacional predominante está en bancarrota y debe ser sustituido.
Sobre estos temas, su versatilidad es abundante, sobre todo en la advertencia acerca del abismo económico entre los países ricos y los que quieren desarrollarse.
Su insistencia al respecto grabó las mentes de muchas generaciones, con una actualidad sorprendente, sobre todo en momentos de la búsqueda de la paz en Colombia y otros sitios del mundo.
Por lo que se recuerda su frase: 'Luchar sin descanso por la Paz, por mejorar las relaciones internacionales, por detener la carrera armamentista, por reducir drásticamente los gastos militares y exigir que una parte considerable de esos fondos cuantiosos sean dedicados al desarrollo del Tercer Mundo'.
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Publica: prensa-latina.cu
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