30 de Noviembre de 2016 a la(s) 6:0 / José Trinidad Galdámez Sáenz
Para los países desarrollados de Europa (G20) la educación es el componente conductor de la economía. Kowledge-Based Economy (web). Esta economía se caracteriza por la necesidad de un aprendizaje continuo a través de la información y la comunicación. Para ampliar esta información puede visitar: La OECD, 1996, Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos.
El propósito de este artículo es compartir información de su contenido y reflexiones sobre debilidades pasadas y fortalezas actuales de universidades, cuyos indicadores verificables de éxito las colocan como ejemplo a seguir. En su trabajo la educación está presente en todos los momentos del mundo de la economía, tales como: saber qué bienes producir, cómo producirlos, para quiénes producirlos, y por qué, entre otros saberes.
Para mencionar un caso –por razones de espacio– voy a referirme a la Universidad Tecnológica. En cuanto a sus debilidades, como ya todos sabemos el plato fuerte de nuestras conversaciones diarias es la crítica a la educación a todos los niveles y en diferentes contextos sociales, desde la educación inicial hasta la superior. Esta cultura –muy poco seria para bajarle el tono– no es nueva. En la década de los años ochenta –para los lectores jóvenes– grupos de profesionales de la educación tuvieron la iniciativa de crear universidades privadas para resolver la crisis que presentaba la educación superior en esa época.
Las críticas llegaron al extremo de llamarlas “universidades de zaguán”. Porque no tenían “campus” ni salones apropiados para clases, entre otros señalamientos. Aunque tuvieran profesores con experiencia universitaria como de la Universidad de El Salvador para citar un caso (que también funcionó cuatro años en condiciones similares a las de “zaguán”). Personalmente aplaudí su creación por tres razones: (1) era urgente atender la población de estudiantes que esperaba una solución, (2) el Estado ya no iba a poder hacerle frente al crecimiento poblacional en materia de educación superior y (3) comparto los pensamientos: “Es mejor encender una vela que maldecir la oscuridad” y “Educación es la solución”.
Las debilidades se superaron y hoy tenemos algunos modelos de universidades privadas, que por razones de espacio solo voy a referirme a la Universidad Tecnológica –que dicho sea de paso, inicialmente no tenía edificio propio–. Ahora, en su acreditación cumple con los requerimientos normativos y operativos del Ministerio de Educación, las expectativas académicas y pedagógicas (con tecnología actualizada), que le permiten atender más de 20 mil estudiantes de todos los estratos. Así también funciones de investigación y proyección social, entre otros importantes roles, que la perfilan como una de las mejores, para formar los profesionales de las carreras que el mercado laboral de nuestro país necesita.
Con relación a las carreras, para su desarrollo curricular están conformadas en dos áreas de estudio: la general y la especializada. En la primera están las asignaturas de educación y en la segunda las de la especialidad, integradas en los diferentes planes de estudio. Su organización se presenta en una malla curricular; programada con base en un análisis de especialistas para articular el sustento teórico de las disciplinas de educación con las que proponen los técnicos respectivos del área especializada. En algunos casos esta integración se hace con base en diagnósticos o necesidades específicas propuestas por el mercado laboral. Su calidad depende del grado de especialización del equipo diseñador.
Como puede verse existe una vinculación de la educación con el mundo laboral del empresario. Yo no creo que existan empresarios exitosos porque tengan buena suerte o buena intuición para los negocios. Los exitosos son aquellos que están en contacto con el mercado, haciendo investigaciones continuas por medio de un equipo especializado para conocer, por ejemplo, cómo se mueve la demanda de un producto, para mejorarlo, cambiarlo o buscar otra alternativa.
Publicado en: laprensagrafica.com
Para los países desarrollados de Europa (G20) la educación es el componente conductor de la economía. Kowledge-Based Economy (web). Esta economía se caracteriza por la necesidad de un aprendizaje continuo a través de la información y la comunicación. Para ampliar esta información puede visitar: La OECD, 1996, Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos.
El propósito de este artículo es compartir información de su contenido y reflexiones sobre debilidades pasadas y fortalezas actuales de universidades, cuyos indicadores verificables de éxito las colocan como ejemplo a seguir. En su trabajo la educación está presente en todos los momentos del mundo de la economía, tales como: saber qué bienes producir, cómo producirlos, para quiénes producirlos, y por qué, entre otros saberes.
Para mencionar un caso –por razones de espacio– voy a referirme a la Universidad Tecnológica. En cuanto a sus debilidades, como ya todos sabemos el plato fuerte de nuestras conversaciones diarias es la crítica a la educación a todos los niveles y en diferentes contextos sociales, desde la educación inicial hasta la superior. Esta cultura –muy poco seria para bajarle el tono– no es nueva. En la década de los años ochenta –para los lectores jóvenes– grupos de profesionales de la educación tuvieron la iniciativa de crear universidades privadas para resolver la crisis que presentaba la educación superior en esa época.
Las críticas llegaron al extremo de llamarlas “universidades de zaguán”. Porque no tenían “campus” ni salones apropiados para clases, entre otros señalamientos. Aunque tuvieran profesores con experiencia universitaria como de la Universidad de El Salvador para citar un caso (que también funcionó cuatro años en condiciones similares a las de “zaguán”). Personalmente aplaudí su creación por tres razones: (1) era urgente atender la población de estudiantes que esperaba una solución, (2) el Estado ya no iba a poder hacerle frente al crecimiento poblacional en materia de educación superior y (3) comparto los pensamientos: “Es mejor encender una vela que maldecir la oscuridad” y “Educación es la solución”.
Las debilidades se superaron y hoy tenemos algunos modelos de universidades privadas, que por razones de espacio solo voy a referirme a la Universidad Tecnológica –que dicho sea de paso, inicialmente no tenía edificio propio–. Ahora, en su acreditación cumple con los requerimientos normativos y operativos del Ministerio de Educación, las expectativas académicas y pedagógicas (con tecnología actualizada), que le permiten atender más de 20 mil estudiantes de todos los estratos. Así también funciones de investigación y proyección social, entre otros importantes roles, que la perfilan como una de las mejores, para formar los profesionales de las carreras que el mercado laboral de nuestro país necesita.
Con relación a las carreras, para su desarrollo curricular están conformadas en dos áreas de estudio: la general y la especializada. En la primera están las asignaturas de educación y en la segunda las de la especialidad, integradas en los diferentes planes de estudio. Su organización se presenta en una malla curricular; programada con base en un análisis de especialistas para articular el sustento teórico de las disciplinas de educación con las que proponen los técnicos respectivos del área especializada. En algunos casos esta integración se hace con base en diagnósticos o necesidades específicas propuestas por el mercado laboral. Su calidad depende del grado de especialización del equipo diseñador.
Como puede verse existe una vinculación de la educación con el mundo laboral del empresario. Yo no creo que existan empresarios exitosos porque tengan buena suerte o buena intuición para los negocios. Los exitosos son aquellos que están en contacto con el mercado, haciendo investigaciones continuas por medio de un equipo especializado para conocer, por ejemplo, cómo se mueve la demanda de un producto, para mejorarlo, cambiarlo o buscar otra alternativa.
Publicado en: laprensagrafica.com
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