JACKSON HOLE, Estado de Wyoming—Cuando Janet Yellen presentó aquí las opciones de la política de tasas de interés estadounidenses para los próximos años, dejó fuera de la lista una idea controvertida que está a prueba en Japón y gran parte de Europa: las tasas negativas.
Los funcionarios de la Fed no creen que Estados Unidos necesite tasas negativas debido a que la economía y el mercado laboral están mejorando. Esperan que nunca deban utilizar esa herramienta dada la incertidumbre acerca de su funcionamiento.
“Las trato (a las tasas negativas) como un experimento que tenemos el lujo de ver desde la distancia”, dijo Dennis Lockhart, presidente de la Reserva Federal de Atlanta, en una entrevista durante la conferencia anual de la Fed en Jackson Hole, en las montañas de Wyoming.
La aversión de la Fed a las tasas negativas muestra cómo los bancos centrales enfrentan los límites de sus esfuerzos para estimular una aletargada economía global.
Las tasas negativas son como una versión del juego de la papa caliente pero protagonizada por un banco central —donde la papa es una moneda con la que nadie quiere quedarse. Los bancos comerciales deben pagar para depositar sus fondos en el banco central. Al imponer un costo por tener su dinero en un lugar seguro, la política apunta a inducir a los bancos a que presten los fondos a los consumidores y empresas, donde pueden obtener mayores rendimientos. Esa asunción de riesgos, a su vez, está destinada a estimular el crecimiento.
Los bancos centrales de Japón, la zona euro, Dinamarca, Suecia y Suiza han adoptado tasas negativas con efectos dispares. La tasa de referencia del Banco Nacional de Suiza es de -0,75%, la del Banco de Japón es de -0.1% y la del BCE de -0,4%.
Las tasas negativas son muy impopulares en muchos lugares donde las familias están disconformes por los bajos rendimientos de sus ahorros y a los bancos les preocupa que eso comprima sus márgenes de ganancia.
Las tasas de interés inferiores a cero también han tenido algunos efectos no deseados. En Japón, las tasas negativas fueron acompañadas por una apreciación del yen, lo contrario de lo que buscaba el banco central.
En Suiza, los bancos respondieron a las tasas negativas al encarecer los préstamos hipotecarios, en lugar de rebajarlos como se esperaba. Los consumidores están ahorrando más en Alemania, Japón, Suecia, Suiza y Dinamarca, a pesar de que el objetivo es incentivar el gasto, en lugar del ahorro.
Aun así, los banqueros centrales reunidos en Jackson Hole dijeron que las tasas negativas mostraron signos de funcionar en muchas de las formas que preveían.
Los rendimientos de los bonos del gobierno japonés a 30 años descendieron de alrededor de 1,5% antes de que Japón adoptara tasas negativas en enero a menos de 0,5%. La previsión era que eso a su vez impulsara el endeudamiento, el gasto y la inversión.
“La disminución de los costos de endeudamiento a largo plazo han estimulado la demanda de financiación a largo plazo de las empresas y la demanda de créditos hipotecarios por parte de las familias, para beneficiar a una amplia gama de prestatarios”, dijo aquí el gobernador del Banco del Japón, Haruhiko Kuroda. “Se ha observado un aumento significativo de la emisión de obligaciones negociables de empresas con vencimiento a 20 años o incluso más”.
Datos divulgados por el BCE la semana pasada mostraron que los préstamos a familias aumentaron 1,8% en julio respecto del mismo mes del año anterior y los préstamos a las sociedades no financieras crecieron 1,9%. Son alzas modestas, pero aun así revierte una contracción en los préstamos en los meses previos a la introducción de tasas negativas.
A algunos les preocupa que las tasas negativas expriman las ganancias de los bancos y los desalienten a prestar. Sin embargo, las ganancias netas de los bancos europeos excedieron los 50.000 millones de euros en 2015, frente a los 30.000 millones de 2014, según el BCE.
“Las tasas negativas funcionan y no son nada extraordinario o inmoral o absurdo”, dijo Benoît Coeuré, miembro de la junta ejecutiva del BCE a propósito de la experiencia de la zona euro. Aun así, al hablar sobre la inquietud persistente acerca de esta política entre los banqueros centrales, dijo que era cauteloso en cuanto a impulsar las tasas a niveles negativos mucho más profundos.
En un panel, académicos se preguntaron si los bancos centrales podrían empujar las tasas hacia territorio más negativo mediante la supresión del dinero en efectivo o imponer costos sobre los hogares que lo tienen. El efectivo es un impedimento para imponer tasas negativas. Las familias y las empresas pueden acumularlo para evitar el pago de las multas impuestas al depositar los fondos en los bancos.
Los banqueros centrales presentes en Jackson Hole se mostraron reacios a aceptar la idea de llevar la política de tasas negativas mucho más allá, incluso cuando defendían sus efectos.
“Hay muchas cuestiones pendientes”, dijo Marianne Nessen, que dirige el departamento de política monetaria del banco central sueco, durante una de las discusiones en Jackson Hole. “Aunque la experiencia con las tasas de interés ligeramente negativas ha sido más o menos como se esperaba, no estoy segura de que podamos concluir que las tasas negativas más profundas funcionarán de la misma manera”.
“En el corazón de todo esto se encuentra la preocupación de que las perspectivas de crecimiento son más bajas de lo que hemos visto en las últimas décadas, pero el remedio para eso que no se encuentra en la política monetaria. Hay que hallarlo en otro lugar”, asevero.
Una fuente de creciente incertidumbre es el efecto de las tasas negativas en el comportamiento del ahorro de los hogares. Las tasas bajas y negativas apuntan a inducir a las familias a gastar, pero los críticos dicen que el efecto es el contrario. Las personas que tratan de hacer acopio de fondos para el retiro pueden ser inducidas a ahorrar aún más si los fondos que tienen disminuyen sus retornos.
“La idea de que las tasas de interés bajas están castigando a los ahorradores es un tema de moda”, dijo James Bullard, presidente de la Fed de St. Louis. “Todo el mundo está haciendo un montón de examen de conciencia sobre estos temas”.
Por ahora, la Fed no tiene que contemplar tasas negativas debido a que la economía de EE.UU. mejora y el banco central intenta aumentar gradualmente las tasas desde niveles excepcionalmente bajos.
La presidenta de la Reserva Federal trató de trazar, en su charla del viernes, una hoja de ruta para la forma en que la Fed actuará la próxima vez que haya una crisis económica y recurra de nuevo a los recortes de tasas para estimular el crecimiento.
Ella dijo que la Fed tratará de recurrir a las herramientas que utilizó durante el período posterior a la crisis. Esto incluye las compras de bonos del Tesoro o de bonos hipotecarios para hacer caer las tasas de interés a largo plazo. Yellen sugirió que la Fed podría ampliar sus compras más allá de estas inversiones convencionales. La entidad también podría ofrecer garantías de que las tasas se mantendrán muy bajas en el futuro, dijo.
Sobre las tasas negativas, sin embargo, guardó silencio.
Fuente: WSJ español
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