El Comité Federal de Mercado Abierto de la
Reserva Federal (FOMC por sus siglas en inglés) de Estados Unidos ha
decidido mantener los tipos de interés en el rango objetivo del 0,25 y
el 0,5% en la reunión de julio. De este modo, se mantiene la tendencia
de enero, marzo, abril y junio, meses en los que el FOMC también apostó
por mantener los tipos intactos.
A
diferencia de la última reunión de junio, cuando hubo unanimidad entre
los miembros del comité, Esther L. George ha votado en contra de
mantener los tipos y ha defendido subir el rango un cuarto de punto
hasta el 0,'5 y 0,75%. El resto de los miembros han votado a favor de
mantener los tipos sin cambios. Puede leer la nota del organismo desde aquí.
De hecho, el banco central estadounidense
aprecia en su informe menos riesgos para las expectativas económicas, lo
que sugiere una mayor predisposición de la entidad para subir la tasa
en su reunión de septiembre.
Este encuentro ha estado marcado por el
renovado optimismo que están brindando los datos económicos en EEUU,
pero que no han impedido obviar los riesgos internacionales que
acontecen, tales como el Brexit. Un contexto que ha terminado por
invitar a la presidenta de la Fed, Janet Yellen, a seguir manteniendo la
calma y esperar a la próxima subida de tipos.
El Comité Federal de Mercado Abierto de la
Reserva Federal volverá a reunirse los días 20 y 21 del próximo mes de
septiembre. Hasta entonces, el banco central estadounidense expresó su
intención de vigilar estrechamente los indicadores de inflación, así
como los acontecimientos financieros y de la economía global.
¿Una subida este año?
Hace
algunas semanas, los operadores retrasaban hasta 2018 la próxima subida
de tipos, un hecho que puso de manifiesto la distorsión entre los
inversores y los propios funcionarios del banco central, pese a que
algunos miembros del FOMC, como James Bullard, presidente de la Fed de
San Luis, alimentó el sentimiento a la baja en lo que al encarecimiento
del dinero se refiere.
Sin embargo, con un sector inmobiliario
que ha registrado su mejor trimestre de ventas de casas nuevas desde
2008 y un dólar que vuelve a situarse en máximos de los últimos 4 meses,
es difícil no atisbar una vuelta de tuerca monetaria en el horizonte.
Algo que no llegará el 21 septiembre o el 2 de noviembre, sino a finales
de año cuando se conozca ya el resultado de las elecciones en EEUU.
Según el indicador FedWatch, que elabora
la Bolsa de Chicago (CME, por sus siglas en inglés), el mercado
descuenta ya una subida de tipos en la reunión del 14 de diciembre, con
un 41,7% de los operadores situando las tasas entre el 0,50 y el 0,75%; y
otro 9,5% que ya observa los tipos entre el 0,75 y el 1%.
"La Reserva Federal, probablemente, quiera
ver los tipos algo más altos para ganar cierto margen", reconoce Paul
Quinsee, estratega de JP Morgan AM. "No creo que la renta variable
estadounidense se vaya a ver muy afectada ante las perspectivas de una
subida, de hecho podría llegar a solidificar su confianza", estima, al
mismo tiempo que reitera que la Fed está tratando de ser "lo más
acomodativa posible".
Fuente: eleconomista.es
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