Las turbulencias se intensificaron el jueves, cuando los inversionistas vendieron acciones y se refugiaron en los bonos del Tesoro estadounidense, el yen y el oro. El Promedio Industrial Dow Jones cayó 255 puntos, 1,6%, a 15.660 unidades mientras que el rendimiento del bono del Tesoro a 10 años, la referencia del mercado, descendió a 1,642% (los rendimientos caen cuando los precios suben). Por su parte, la cotización del oro subió 4,5% a US$1.247,90 la onza. El precio del petróleo, en cambio, cayó 4,5% y cerró en US$26,21 el barril en la Bolsa Mercantil de Nueva York, su menor nivel desde 2003.
Encontrar una tesis aceptada por la mayoría se ha vuelto difícil. En lugar de ello, hay múltiples explicaciones, la mayoría poco satisfactorias, que compiten entre sí. Presentamos cinco teorías:
El crédito barato
Durante gran parte de 2015, mientras la Reserva Federal se disponía a elevar las tasas de interés de corto plazo, los inversionistas apostaron a que los bancos se beneficiarían al embolsar la diferencia entre lo que cobran por sus préstamos y lo que pagan por los depósitos. Sin embargo, este año las acciones financieras se desplomaron cuando los inversionistas concluyeron que las tasas no subirán mucho durante varios años. El Banco de Japón sacudió a un sector financiero ya herido cuando recortó el 29 de enero las tasas y las dejó en territorio negativo.
El episodio pone de manifiesto tanto las sombrías perspectivas sobre la economía mundial como la volatilidad que ha acompañado a los principales temas macroeconómicos en los últimos 12 meses.
“El dinero fácil se trasladó a los bancos a finales de 2015 porque se preveían aumentos de tasas, y luego el dinero salió igual de rápido”, manifiesta Diane Jaffee, gerente de cartera de TCW Group Inc.
Nerviosismo por el yuan
Muchos inversionistas creen que China no tendrá más remedio que devaluar el yuan, una medida que probablemente agravará los problemas de la economía global. El gobierno asegura que no tiene la intención de devaluar, pero algunos fondos de cobertura tratan de doblarle la mano al apostar miles de millones de dólares contra su moneda.
Los analistas observan de cerca esta pelea desde que en agosto una devaluación del yuan provocó una ola mundial de ventas en medio de preocupaciones de que China se encamina a un aterrizaje forzoso.
Los fondos soberanos
Cuando los precios del crudo estaban más altos, los países productores de petróleo inyectaron miles de millones de dólares en fondos soberanos de inversión. Algunos estiman que ahora esos fondos están liquidando acciones que compraron en tiempos más felices, acelerando la ola de ventas en EE.UU.
La información sobre quién está vendiendo es escasa y hay razones para preguntarse si estos fondos, por más grandes que sean, podrían realmente tener un efecto significativo en los mercados de EE.UU.
Aunque J.P. Morgan prevé que los fondos soberanos se verán forzados este año a vender US$75.000 millones en acciones en todo el mundo, el mercado de EE.UU. fue recientemente estimado en US$20,95 billones.
EE.UU. no despega
Muchos inversionistas temen que EE.UU., la economía de mejor rendimiento del mundo desarrollado, sea arrastrado por fuerzas globales como el fortalecimiento del dólar.
El sector manufacturero se contrajo en enero por cuarto mes consecutivo. El crecimiento del empleo, durante mucho tiempo el aspecto más positivo de la expansión económica, se desaceleró el mes pasado. La Reserva Federal no ha escondido su preocupación.
Al mismo tiempo, el desempleo cayó y los salarios subieron en enero. Además, muchos indicadores que podrían apuntar a futuras dificultades parecen exagerados (téngase en cuenta, por ejemplo, la caída de las acciones de los bancos, que ha dejado a muchos de los principales prestamistas comerciales de EE.UU. negociando por debajo del valor declarado de sus activos netos). Esto acentúa la incertidumbre.
“El mayor riesgo en la mente de todos es que se produzca una brusca desaceleración en los mercados emergentes que vaya a repercutir en EE.UU.”, dice David Lefkowitz, estratega de acciones de UBS Wealth Management Americas.
El crecimiento se estancó
La caída de los precios del petróleo desde junio de 2014 ha sido atribuida al exceso de oferta. No obstante, cuando este año los precios de referencia cayeron por debajo de US$30, los inversionistas comenzaron a apuntar a una desaceleración de la demanda.
“Si los precios de las materias primas en su conjunto son en general débiles, esto me dice que, en general, la demanda mundial es débil”, afirma Paul Nolte, gestor de cartera de Kingsview Asset Management, que administra cerca de US$150 millones.
—Timothy Puko, Georgi Kantchev y Chao Deng contribuyeron a este artículo.
Fuente: The Wall Street Journal
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