El dato de la agencia de estadística de la Unión Europea fue ligeramente inferior a la previsión de un aumento del 0,3% de los economistas consultados la semana pasada por The Wall Street Journal.
Los responsables de la política monetaria y los economistas esperaban que la tasa de inflación comenzara a remontar a finales de 2015, ya que se estimaba que los precios del petróleo no repetirían las caídas de finales de 2014. Pero el crudo seguía bajando a finales de 2015, lo que acabó con las esperanzas de un repunte y cabe ahora la posibilidad de que el BCE vuelva a imponer medidas de estímulo este año.
La tasa anual de inflación lleva desde marzo de 2013 por debajo del objetivo del BCE y desde julio de 2014 por debajo del 0,5%. El motivo principal ha sido el abaratamiento del crudo, cuyo precio se rebajó un 5,9% en los 12 meses hasta diciembre tras caer un 7,3% en los 12 meses hasta noviembre.
Pero ese no ha sido el único motivo por el que la inflación lleva tanto tiempo tan lejos del objetivo del BCE: aunque la economía de la eurozona volvió a crecer a mediados de 2013, la recuperación desde entonces ha sido muy modesta y casi un 11% de la población activa está parada, al tiempo que las empresas tienen un gran porcentaje de capacidad sin utilizar y poca presión para subir los precios.
En diciembre, los precios de los servicios tan sólo se incrementaron un 1,1% interanual, tras crecer un 1,2% en noviembre.
El BCE considera las tasas de inflación ultrabajas una amenaza a largo plazo para la economía de la eurozona porque complican a gobiernos, hogares y empresas la tarea de reducir sus elevados niveles de deuda acumulada antes y durante la crisis financiera, lastrando a la demanda en los años venideros. También temen que si hay tasas de inflación muy bajas, una nueva sacudida que debilite a la economía pudiera llevar a la región a la deflación, un problema crónico en el que los precios a la baja llevan a particulares y empresas a posponer las compras con la esperanza de que le salgan aún más baratas, lo que, a su vez, reduce aún más la producción.
Fuente: The Wall Street Journal
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