La Fed cuenta con un doble objetivo de mantener un mercado laboral sólido con una inflación baja y estable. Durante la última reunión, en la que se pensaba que la Fed comenzaría a subir las tasas, los miembros del banco central decidieron que estaban cerca del objetivo de “pleno empleo”, pero aún no estaban convencidos sobre los precios. Al haber alcanzado la meta del empleo, las actas sugieren que la decisión sobre las tasas de interés dependerá de si aumenta su confianza en que la inflación no seguirá por debajo del objetivo.
“Muchos miembros dijeron que la mejora de las condiciones del mercado laboral cumplió o cumpliría pronto uno de los criterios [de la Fed] para comenzar la normalización de la política”, según el documento. “Pero algunos indicaron que su confianza en que la inflación volvería gradualmente al objetivo [de la Fed] de 2% a medio plazo no ha aumentado”.
Los miembros de la Fed estiman que la inflación no alcanzará 2% hasta finales de 2018.
Ahora la Fed afronta un nuevo escollo ya que los indicadores de empleo que se han publicado desde entonces han reflejado que la contratación del sector privado se ralentizó en agosto y septiembre, lo que plantea nuevas dudas sobre la economía.
Los miembros de la Fed han estado meses apuntando a que las tasas de interés subirán antes de que finalice el año y las actas no sugieren un intenso desacuerdo entre ellos a la hora de decidir mantenerlos sin cambios.
“Tras valorar las perspectivas para la actividad económica, el mercado laboral y la inflación, y sopesar las incertidumbres asociadas a las perspectivas, todos los miembros menos uno concluyeron que, aunque la economía estadounidense se ha fortalecido y la infrautilización laboral ha disminuido, las condiciones económicas no garantizaban una subida del rango objetivo de las tasas de interés en la reunión”, señalan las actas.
De los 17 miembros, 13 dijeron que esperan un ajuste este año. Entre ellos, la presidenta, Janet Yellen.
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