China acusa a un periodista de causar el pánico en las Bolsas

Fuente: Elpais.

Macarena Vidal Liy Pekín 31 AGO 2015 - 20:45 CEST

China busca a a quién culpar de sus problemas. El desplome de sus Bolsas la semana pasada, que arrastró al resto de los parqués mundiales y se producía después de las fuertes correcciones de junio y julio, puso a sus autoridades en entredicho ante la opinión pública. El régimen ha respondido anunciando una serie de detenciones. Entre ellas, la de un periodista de la prestigiosa revista financiera Caijing por “inventarse y distribuir información falsa” sobre los mercados de valores. El reportero, Wang Xiaolu, ha admitido su culpa públicamente en unas declaraciones televisadas, en una práctica de ecos maoístas que ha vuelto a recuperarse.

 Cotizaciones en Pekin

El artículo que le ha costado a Wang su libertad se publicó el 20 de julio, cuando el Gobierno chino acababa de inyectar decenas de millones de euro para tratar de apuntalar el valor de las acciones en unos parqués que acabarían acumulando caídas superiores del 35% en menos de tres meses. En su pieza, el reportero anunciaba que el régimen preparaba una estrategia de salida del mercado. La Comisión reguladora del mercado de valores negó esa información de manera categórica.

En su confesión, Wang ha declarado que basó su artículo en valoraciones personales e información que había obtenido pero que -ha declarado- no comprobó como debía. “No debí haber publicado una información que afectó al mercado de una manera tan grave y tan negativa en un momento tan sensible… He causado enormes pérdidas al país y a los inversores. Lo lamento enormemente”, indica el periodista en su autocrítica, televisada por la cadena estatal CCTV.

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Wang no es el único al que se ha sometido a ese tratamiento. Desde la llegada del presidente Xi Jinping al poder, hace tres años, se ha hecho relativamente frecuente el difundir por los medios de comunicación estatales las confesiones de sospechosos en casos muy seguidos por la opinión pública. La confesión representa un paso imprescindible para obtener una condena más leve; pero una vez que se difunde, resulta prácticamente imposible que el sospechoso sea declarado inocente. La organización Reporteros Sin Fronteras ha condenado enérgicamente la detención del periodista.


“No son solo ridículas, las acusaciones contra Wang son sintomáticas del deseo del Gobierno chino de controlar la cobertura mediática de la oscilación de las acciones. Sugerir que un periodista financiero ha sido responsable de la espectacular caída en los precios de las acciones es negar la realidad. Culpar de la crisis en el mercado de valores a un periodista solitario es completamente absurdo”, ha afirmado el secretario general de la organización, Christophe Deloire.

Caijing, por su parte, había expresado el apoyo a su reportero desde que se anunció su arresto la semana pasada. “Los medios tienen la responsabilidad de elaborar reportajes objetivos, fomentar mercados transparentes e imparciales y el desarrollo de una Bolsa estable y libre de tachas”, indicó entonces en un comunicado.

Wang no es el único detenido en lo que parece una campaña para encontrar culpables. También están bajo custodia policial como sospechosos de irregularidades en el mercado financiero cuatro altos ejecutivos de la principal compañía de corretaje china, Citic Securities, con su director gerente, Xu Gang, a la cabeza. La Comisión Reguladora del Mercado de Valores también investiga a uno de sus funcionarios, Liu Shufan, acusado de aceptar sobornos a cambio de obtener el visto bueno del organismo regulador para una determinada compañía. La comisión también cree que Liu utilizó informaciones internas para la compraventa de acciones en su propio beneficio. Otras cuatro de las grandes compañías de corretaje también se encuentran bajo el escrutinio de la CRMV. Los ejecutivos de Citic y el funcionario de la comisión han admitido su culpabilidad, según los medios oficiales chinos.

El Ministerio de Seguridad Pública anunció este fin de semana que casi 200 personas se encuentran detenidas como sospechosas de “difundir rumores” sobre alguno de los dos grandes desastres que han sacado los colores al Gobierno chino este verano: la debacle de las Bolsas y la explosión en un almacén de productos químicos en el puerto de Tianjin en la que han muerto al menos 158 personas.
Los anuncios de las detenciones se producen mientras continúan los vaivenes en las Bolsas chinas. Después de dos días de cierres al alza, gracias a medidas como un recorte de los tipos de interés o del coeficiente de caja, los dos principales mercados, Shanghái y Shenzhen, volvieron a retroceder este lunes.

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