Lunes, 27 de Julio de 2015 0:03 EDT
El aumento de las exportaciones debería ser
supuestamente el lado positivo de la devaluación de una moneda. Pero en
algunos mercados emergentes clave, eso no está sucediendo.
Las
divisas de algunos de esos países han alcanzado nuevos mínimos, con
descensos de hasta 30% en los últimos dos años y medio. El crecimiento
de las exportaciones de economías emergentes, mientras tanto, se ha
desacelerado a sus niveles más bajos en más de media década. Las
exportaciones en sí descendieron 14,3% interanual en los tres meses
hasta mayo, el mayor declive desde 2009, según Capital Economics.
Hace
apenas un año los gobiernos de muchos de estos países intentaban
debilitar sus monedas con la esperanza de impulsar las exportaciones y
volver a estimular el crecimiento. Incluso se habló de guerras
cambiarias.
Sin embargo, el flojo
crecimiento en Estados Unidos, Europa y China, combinado con los menores
precios de las materias primas, eliminaron cualquier tipo de repunte
esperado. Ahora, EE.UU. se alista a elevar las tasas de interés, los
inversionistas se están retirando de los mercados emergentes, lo que
debilita aún más sus divisas, y países que van de Brasil a Indonesia
luchan para apuntalar sus economías.
El
crecimiento económico en Indonesia ha caído a su nivel más bajo en cinco
años, lo que llevó al presidente Joko Widodo a limitar las
importaciones. Ante “el colapso de nuestras exportaciones, nuestras
importaciones han tenido que encogerse”, dijo Widodo en una reciente
entrevista con The Wall Street Journal. “Debemos conservar nuestra
moneda. Por lo tanto, debemos satisfacer más de nuestras necesidades de
fuentes internas”.
En Brasil, el sector
de la exportación se ha contraído por 11 meses consecutivos debido a
menores precios de commodities como el hierro, el café y el azúcar. El
país ya recortó su presupuesto en mayo en US$22.600 millones. Ante la
caída de los ingresos impositivos, el ministro de Hacienda,
Joaquim Levy,
anunció hace poco una nueva ronda de recortes fiscales.
El real ha perdido un tercio de su valor en
los últimos 12 meses y el viernes cerró en su nivel más bajo en 12 años
en relación con el dólar. La rupia indonesia registró el jueves un
mínimo de 17 años frente a la moneda estadounidense, en tanto que el
baht tailandés aceleró su reciente caída y tocó su nivel más débil en
más de cinco años. El ringgit de Malasia alcanzó este mes su menor
cotización desde 1999 y acumula un descenso de 13,6% desde principios de
2014.
Estos países, especialmente los
que dependen de modelos de crecimiento basados en las exportaciones, “se
ven obligados a ajustarse a la débil demanda externa, los bajos precios
de los commodities y un reequilibrio en China”, afirma
Alex Wolf,
economista de mercados emergentes de Standard Life Investments.
“El
crecimiento de las exportaciones de los mercados emergentes ha sido
inusualmente débil, lo cual es una característica del actual ciclo que
ha sido bastante preocupante”, señala
Claire Dissaux,
economista de Millennium Global Investments Ltd. “Pero las
exportaciones han sido más débiles en términos de valor, comparado con
volúmenes, lo que refleja el impacto de la caída de los precios de las
materias primas”, agrega.
El jueves,
Aberdeen Asset Management,
ADN.LN -2.22%
una de las mayores gestoras de activos en los mercados
emergentes, informó que los inversionistas retiraron una suma neta de
9.900 millones de libras esterlinas (US$15.500 millones) de sus fondos
en el segundo trimestre, en gran parte debido a los temores de que las
economías en desarrollo trastabillen cuando EE.UU. suba sus tasas de
interés.
Aún es posible que la debilidad
de las monedas impulse el crecimiento económico en los mercados
emergentes. “Se necesita tiempo para ver si esto llega al desempeño de
las exportaciones”, dice
Alberto Ramos,
analista de
Goldman Sachs
GS -1.34%
en Nueva York. “Incluso cuando hay un gran movimiento en la
divisa, toma tiempo encontrar nuevos canales de distribución y nuevos
compradores antes de empezar a exportar cosas que nunca has exportado”.
Otros
indican que los bancos centrales de algunos países en desarrollo
necesitarían adoptar una postura más enérgica. Las tasas de interés en
los mercados emergentes se encuentran, en términos reales, en torno a su
nivel más alto en 15 años, según Emerging Global Advisors, gestora de
activos con sede en Nueva York.
La firma
escribió en una nota el mes pasado que los bancos centrales de Hungría,
India, Malasia, Polonia y Tailandia, entre otros, aún tienen margen
para reducir las tasas y “que una política monetaria más relajada
debería, en última instancia, suministrar un mejor crecimiento”.
La
semana pasada, el banco central de Hungría hizo justamente eso, al
recortar la tasa de interés de referencia en 0,15 puntos porcentuales,
más de lo previsto, a un mínimo récord de 1,35%, además de indicar que
permanecería baja por un tiempo. “Se puede esperar una política
monetaria relajada y de larga duración para los próximos años para
beneficiar el empleo y el crecimiento”, aseveró Gyrorgy Matolcsy,
gobernador del Banco Nacional de Hungría.
La
debilidad de estas economías ha puesto de relieve la necesidad de larga
data de reformas. Los detractores argumentan que países como Indonesia
deberían haber aprovechado el período de bajas tasas y altos precios de
las materias primas para reducir los subsidios y su dependencia de los
commodities.
En las últimas semanas,
Indonesia, que lucha para reducir su déficit de cuenta corriente, se vio
obligada a aumentar los aranceles sobre las importaciones de varios
bienes, que se han vuelven cada vez más caros. Las exportaciones del
país cayeron casi 13% interanual en junio y las importaciones
registraron un declive de más de 17%. El jueves, Indonesia elevó los
aranceles de importación de una amplia gama de bienes de consumo después
de haber reducido una semana antes el límite a las importaciones de
ganado de Australia en 80%.
Fuente: The Wall Street Journal
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