Martes, 21 de Julio de 2015 0:03 EDT
TENGZHOU, China—Lo que muchos líderes chinos
están aceptando como la “nueva normalidad” —una era de crecimiento más
lento pero de mejor calidad— se traduce para muchas empresas en una
batalla desgarradora por sobrevivir.
Tengzhou,
una ciudad industrial de 1,5 millones de habitantes en la parte
oriental de la provincia de Shandong, creció velozmente durante los años
de capital barato y abundante. Sin embargo, desde que empezó la
desaceleración del ritmo de crecimiento, varias de sus fábricas de
textiles, máquinas herramientas y químicos han cerrado.
En
el segundo trimestre, el crecimiento chino se mantuvo estable en 7%, el
mismo ritmo que en el primer trimestre, según datos dados a conocer el
15 de julio. Aunque la cifra sorprendió a los analistas que esperaban
una lectura más baja, eso significó un descenso frente a una expansión
de 7,4% en 2014.
El gobierno central
lanzó recientemente un plan nacional llamado “Hecho en China 2025”, con
el cual busca presionar a las fábricas tradicionales a que se actualicen
y especialicen de cara a la creciente competencia global.
Uno
de los grandes temores de Beijing es que el cierre masivo de plantas
desate inestabilidad social. El Índice de Gerentes de Compras de
HSBC
HSBA.LN -0.15%
/Markit muestra que las fábricas han recortado empleos por
vigésimo mes consecutivo. Los recortes de mayo fueron los mayores desde
la crisis financiera global.
Ren Junbo,
quien tiene un local de bebidas y fideos instantáneos en Tengzhou, dice
que su negocio se hundió luego del cierre de decenas de fábricas.
A
unas cuadras de su tienda, la planta de confecciones Xiangyuan Apparel
—más grande que una manzana y adornada con imitaciones de columnas
romanas— alguna vez empleó a 2.000 personas. Al parecer, su cierre fue
repentino: jeans sin terminar permanecen debajo de las agujas de las
máquinas de coser en el edificio desolado.
Para
algunas de estas plantas, ya no es suficiente seguir produciendo
camisas o químicos tradicionales. La debilidad de la demanda está
separando con rapidez a las fábricas que pueden encontrar una forma de
adaptarse de las que fracasan. “Muchas no sobrevivirán. Toma tiempo
desarrollar una buena compañía y se trata de más que simplemente
instalar una nueva máquina”, afirma Hu Yiteng, subgerente general de
Flying Eagle Textile Co.
La empresa familiar Flying Eagle refleja las
dos caras de esta batalla. Su negocio tradicional de hilado de algodón
se está estancando, pero la decisión de especializarse le está
permitiendo a la planta de 100 empleados capear la mala racha.
En
2008, cuando China aún estaba en auge, Hu regresó a Tengzhou para
ayudar a dirigir la empresa de la familia luego de estudiar
administración de empresas en Shanghai. Pronto entró en desacuerdo con
su padre sobre la idea de que Flying Eagle debería reducir su tamaño y
concentrarse, mientras que su padre prefería seguir con el enfoque de
márgenes bajos y altos volúmenes. “La cultura empresarial es muy
conservadora por acá”, cuenta Hu.
Finalmente,
su padre acordó a regañadientes actualizar la mitad del negocio al
desarrollar un rodillo de polipropileno usado en las máquinas para
producir camisas, pantalones y otras prendas. El rodillo es de mejor
calidad que los de rivales chinos y más barato que los extranjeros.
Desde
2011, Flying Eagle no ha invertido nada en el negocio del hilo, que
está localizado en las afueras de Tengzhou, donde la tierra es más
barata. La empresa ha explorado el traslado de la planta a Vietnam o la
región más occidental de China.
Hu dice
que el negocio del rodillo genera más ganancias sobre 30 millones de
yuanes (US$4,8 millones) en ingresos que la línea de fabricación de hilo
sobre ingresos de 200 millones de yuanes. El gobierno local nombró a
Flying Eagle como una empresa “innovadora modelo”.
Tengzhou
no da a conocer información sobre el número de fábricas que cierran o
cuántos empleos son eliminados. Esfuerzos por contactar a los dueños de
Xiangyuan Apparel, la planta textil cerrada, no tuvieron éxito y
funcionarios del gobierno local rechazaron solicitudes de comentarios.
La
ciudad estimó su crecimiento el año pasado en 9,2%, una tasa
aparentemente robusta. No obstante, esa cifra fue la más baja en casi un
cuarto de siglo y la mitad del nivel de 2005. En su informe de
estadística de 2014, el gobierno de Tengzhou dice que la economía local
fue perjudicada por la “severa y complicada situación económica nacional
e internacional”, citando una desaceleración en la industria de la
construcción local y la baja eficiencia de las plantas locales.
Algo
de la presión está reflejado en las empresas que publican resultados
financieros, incluida la filial en Tengzhou de Jinjing Glass Co., que
forma parte de una compañía más grande llamada Jinjing Technology Co. La
subsidiaria local reportó un declive de 89% en las ganancias de 2014, a
20,5 millones de yuanes (US$3,3 millones), sobre ingresos 14% más
altos.
Hay otras señales de tiempos
difíciles. En el complejo de compras mayoristas y minorista Zhenai,
entre los más grandes de Tengzhou, hay tan pocos clientes que los dueños
de tiendas se desplazan por los pasillos en scooters eléctricos.
En
una tienda que vende sudarios funerarios, el dueño Song Changxiu dice
que el negocio está en su peor momento en un cuarto de siglo. La gente
no está muriendo menos, cuenta, sino que los familiares compran prendas
de poliéster en lugar de las de algodón.
Rodeando
Tengzhou se ven decenas de torres residenciales parcialmente
construidas y en su mayor parte vacías con nombres como “Familia en
Armonía”. Zhu Qirei, gerente de marketing de la sala de exhibición del
proyecto “Mundo Pacífico”, dice que tiene esperanzas en los residentes
locales que regresen a comprar propiedades después de haber vivido en
otras partes. “No puedo decir qué traerá este año”, añade.
Hu
dice que su padre recientemente reconoció que su decisión de
especializar Flying Eagle fue la correcta. “Ser grande no es tan
importante como ser pequeño y fuerte”, asevera.
—Lilian Lin contribuyó a este artículo.
Fuente: The Wall Street Journal
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