domingo, 11 de enero de 2015 14:01 EDT
Estantes de tampones en un supermercado Jumbo del barrio Palermo, en Buenos Aires. Taos Turner/The Wall Street Journal
BUENOS AIRES—Los argentinos han sufrido por largo tiempo las consecuencias de barreras comerciales que han provocado la escasez ocasional de neumáticos, iPhones y ciertas medicinas importadas. Pero estos días, las mujeres lamentan la falta de un artículo muy íntimo: tampones.
Durante el fin de semana, algunas farmacias recibieron nuevos cargamentos de tampones. Aun así, sigue siendo muy difícil para muchas mujeres encontrar el producto en farmacias o pequeños supermercados alrededor del país. La situación es embarazosa para el gobierno de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, que ha tenido que atender el problema en público.
“No tenemos tampones. No hay por acá”, dijo Stella Maris, una bioquímica de 44 años que trabaja en una farmacia a las afueras de Buenos Aires. “Pero el problema no son solo los tampones. También hemos tenido faltantes de pañales para adultos, enjuague bucal y algunos medicamentos”.
La escasez proviene de otro tipo de insuficiencia: la falta de dólares. Argentina no tiene suficientes dólares para amortiguar su deuda y al mismo tiempo pagar por importaciones vitales como combustible. Tampoco puede proveer dólares a importadores. Los economistas dicen que con una escasez de la moneda estadounidense, la burocracia tiene que decidir quién recibe los dólares disponibles e inevitablemente algunos importadores salen perdiendo.
“Terminamos con un sistema socialista en que un burócrata decide qué podés importar o producir y a qué precio y cuándo”, dijo Roberto Cachanosky, un economista argentino.
La mayoría de los tampones vendidos en Argentina son importados. Representantes de la industria señalan que la escasez se acrecentó con el alza de la demanda, en momentos en que las temperaturas se elevan y comienza la temporada de playa.
Lucía Bravo estaba contenta cuando encontró hace unos días cajas de tampones Kotex en Jumbo, un hipermercado en Palermo, uno de los barrios acaudalados de la capital.
“¡Uy, tienen! Hace un mes intenté comprar tampones y no conseguía”, dijo.
Bravo y su amiga, Ana Moglianesi, no habían encontrado tampones en otras tiendas. Las dos mujeres, de más de 30 años, se dirigieron directo la caja a pagar. Dicen que los tampones son vitales para las actividades del verano, como nadar.
Johnson & Johnson, que fabrica la marca OB, dijo que está trabajando con sus distribuidores para que sus productos vuelvan a las tiendas argentinas pronto.
“Experimentamos algunas dificultades en satisfacer la alta demanda de tampones OB durante la temporada debido a demoras en el proceso de importación sobre el fin de año 2014”, dijo la empresa. “En este momento, estamos regularizando el proceso de distribución a nuestros clientes y el producto estará disponible en las góndolas a la brevedad para cumplir con las necesidades de nuestras consumidoras”.
El ministro de Economía de Argentina dijo que “problemas logísticos” internos en compañías como J&J y Kimberly Clark Corp. causaron la escasez.
Aunque los problemas de importación han existido por años, la escasez de tampones era inesperada.
En los últimos cuatro días, los argentinos tocaron el tema más de 25.000 veces enTwitter y Facebook, según www.t-bee.tv, que monitorea las redes sociales.
“Estoy en USA.”, decía un tuit de la cuenta @PaulaGalay. “Mis amigas me piden que les lleve tampones. Supérame esa Papá Noel”.
Algunos comentaristas dijeron que ese tipo de problema no debería ocurrir en un país gobernado por una mujer. Las mujeres también representan 40% del Congreso argentino.
Miguel Braun, un economista que trabaja con Mauricio Macri, alcalde de la ciudad de Buenos Aires y candidato presidencial opositor, reflexionó sobre las críticas en un tuit: “Si el ministro de economía fuera mujer, no faltarían tampones. Si supiera economía, tampoco”.
Las autoridades argentinas minimizaron esas críticas y dijeron que sus políticas comerciales fortalecían a los fabricantes locales sin causar problemas grandes de suministro.
“Es importante aclarar que no hay faltantes de productos sensibles”, dijo el Ministerio de Economía. “La política de administración del comercio tiene como prioridad el abastecimiento de productos médicos y de primera necesidad”.
Kimberly-Clark dijo que sus productos, que incluyen tampones Kotex, estaban disponibles en las tiendas. “Por temas de distribución puede haber algún punto con demora ocasional, en relación a que a esta altura del año aumenta la demanda”.
Los importadores señalan que el año pasado el gobierno dificultó la importación de productos. Miguel Ponce, director del Centro de Estudios para el Comercio Exterior del Siglo XXI, dijo que el banco central de Argentina debe a los importadores más de US$5.000 millones necesarios para pagar por bienes que ya ingresaron al país. Eso ha creado cuellos de botella comerciales y retrasos en las entregas, dijo.
El banco central de Argentina declinó hacer comentarios, diciendo que ofrece a los importadores dólares a diario.
“Esto es algo que te permite reír, pero expone cómo funciona una economía que está tan controlada por el gobierno”, dijo Nicolás Solari, analista político de la encuestadora Poliarquia, en referencia al problema de tampones
Fuente: The Wall Street Journal
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