Con una economía recuperada, la Fed evalúa elevar las tasas

martes, 9 de diciembre de 2014 0:02 EDT
La Reserva Federal de Estados Unidos probablemente confirmará en su reunión prevista para la próxima semana su plan de empezar a subir las tasas de interés de corto plazo en 2015 y empezaría a preparar a los mercados al eliminar del comunicado de prensa que se difunde después de la reunión la indicación de que las tasas se mantendrán bajas durante un “tiempo considerable”.
Altas autoridades del banco central han insinuado que evalúan dejar de usar esta frase que es seguida muy de cerca como una señal sobre las tasas de interés. Numerosos participantes del mercado interpretan que “un tiempo considerable” alude a un lapso de unos seis meses.
“Hay mayor claridad de que estamos más cerca de eliminar esta (frase) comparado con hace unos meses”, reconoció la semana pasada el vicepresidente de la Fed, Stanley Fischer, en una entrevista con The Wall Street Journal. Por su parte, el presidente de la Fed de Nueva York, William Dudley, no ha empleado la expresión en intervenciones recientes y se ha limitado a indicar que la entidad debería tener paciencia antes de elevar las tasas de interés.
De todos modos, habrá un animado debate sobre el tema en la reunión de política programada para el 16 y 17 de diciembre. Dennis Lockhart, presidente de la Fed de Atlanta, dijo el lunes ante un grupo de periodistas que “no tiene prisa” para abandonar la frase “tiempo considerable”.
La eliminación de tal promesa marcaría un hito en la prolongada campaña de la Fed para estimular la economía estadounidense mediante la medicina del crédito barato. El banco central ha mantenido las tasas de interés de corto plazo en cerca de cero desde diciembre de 2008, un lapso mucho mayor del que muchos anticipaban. La Fed no ha iniciado una serie de alzas de las tasas en una década. “La decisión (...) será histórica”, aseguró Lockhart.
Una medida de ese tipo será más complicada puesto que los bancos centrales de otras grandes economías como el Banco Central Europeo, el Banco de Japón y el Banco Popular de China están flexibilizando las condiciones del crédito ante el enfriamiento de la economía global, lo que ha contribuido al alza del dólar.
La Fed ya ha dado pasos para desmantelar sus políticas de estímulo y puso fin en octubre a un programa de compra de bonos, conocido como relajación cuantitativa, diseñado para alentar el crecimiento. Muchos miembros de la Fed creen que la economía será lo suficientemente robusta a mediados del próximo año para resistir un aumento de la tasa de referencia de corto plazo, un punto de vista respaldado por las positivas cifras de empleo en EE.UU. divulgadas el viernes.
El gran desafío de la reunión de la próxima semana será comunicar la perspectiva de un alza de tasas sin atarse a un cronograma ni perturbar los mercados como ha ocurrido en algunas ocasiones. La promesa de no subir las tasas durante un “tiempo considerable” ha estado presente en los comunicados del organismo desde marzo.
La Fed ha utilizado variantes de esta garantía desde que redujo las tasas a casi cero para convencer al público de que no empezará a restringir el crédito de manera prematura. El objetivo ha sido mantener bajas las tasas de interés de largo plazo, que se determinan en parte por las expectativas sobre las tasas de menor plazo.
La economía estadounidense está enviando señales contradictorias que empujan a la Fed en direcciones opuestas. La consistente generación de empleos y la caída de la desocupación sugieren que el mercado laboral se está aproximando a un estado que los economistas califican de “pleno empleo”, en el que no hay una fuerza laboral ociosa que frene el crecimiento de los salarios. Al mismo tiempo, el fortalecimiento del dólar y la caída de los precios de las materias primas —incluyendo el pronunciado bajón del petróleo— están conteniendo la inflación.
Muchos funcionarios del banco central creen que la presión a la baja sobre la inflación es pasajera y que los precios al consumidor en EE.UU. se acercarán a la meta de 2% del organismo. También sostienen que los menores precios del petróleo impulsarán el crecimiento económico. Además, muchos quieren empezar a elevar las tasas antes de que la economía llegue al pleno empleo y, por ende, mantienen su proyección de que empezarán a subir alrededor de junio.
“Las expectativas del mercado de que el alza ocurrirá alrededor de mediados de 2015 me parecen razonables”, apuntó Dudley la semana pasada. Lockhart, un tanto más cauto, afirmó el lunes que prevé los primeros aumentos de tasas a mediados de 2015 o después.
La Fed tiene que tomar en cuenta varios asuntos de índole táctica que la podrían llevar a cambiar sus pronunciamientos sobre las tasas ahora, en momentos en que le siguen tomando el pulso a la economía. Janet Yellen, presidenta de la Fed, tiene contemplada una conferencia de prensa después de que concluya la reunión del 17 de diciembre para explicar la más reciente decisión de la entidad. No hay otra rueda de prensa programada hasta marzo. Si la Fed espera hasta esa fecha para alterar el comunicado, el mercado podría interpretarlo como una señal de que el organismo está aplazando las alzas de tasas hasta el segundo semestre del próximo año.
Al mismo tiempo, la Fed tampoco quiere dar la impresión de estar decidida a actuar a mediados de 2015 ni sugerir que los aumentos en las tasas ocurrirán antes.
Dudley, quien es parte del círculo cercano de Yellen, ha insinuado que la Fed podría reemplazar la garantía de tasas bajas por un “tiempo considerable” con una afirmación menos precisa de que tendrá paciencia antes de tomar una decisión. Tal declaración sería un intento de establecer un plazo más prolongado para los aumentos de las tasas que le daría al banco central margen de maniobra para cambiar de estrategia conforme evolucione la economía.
—Michael S. Derby contribuyó a este artículo.



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