jueves, 4 de septiembre de 2014 0:02 EDT
Los cambios de estrategia de los bancos centrales alrededor del mundo han vuelto a sacudir los mercados de divisas.
El
dólar se fortalece frente al euro y el yen conforme la Reserva Federal
de Estados Unidos se acerca al momento de decisión sobre la subida de
las tasas de interés de corto plazo y los bancos centrales de Europa y
Japón avanzan hacia posibles políticas adicionales de estímulo.
El
índice del dólar WSJ, un barómetro del desempeño de la moneda
estadounidense frente a siete de las divisas más transadas del mundo,
registra un alza de 3,4% en los últimos dos meses, después de apenas
moverse en el primer semestre del año. El indicador aumentó 0,4% el
martes para alcanzar su nivel más alto desde julio de 2013, luego de que
un informe mostró que la actividad manufacturera de EE.UU. se expandió
en agosto a su ritmo más acelerado en más de tres años. El miércoles, el
índice casi no registro cambios con una ganancia de 0,04%.
Al
mismo tiempo, las últimas cifras de la economía de la zona euro y de
Japón han sido decepcionantes, llevando a muchos inversionistas a
anticipar que los bancos centrales implementarán más medidas de
estímulo.
Numerosos gestores de fondos
esperan evidencia de que la economía de EE.UU. se está fortaleciendo y
distanciando del desempeño de Europa y partes de Asia, una tendencia que
podría impulsar al dólar.
Igualmente,
muchos inversionistas prevén que la Fed aumente las tasas el próximo
año. Un alza de los intereses en EE.UU. atraería efectivo de alrededor
del mundo hacia el país, elevando tanto la demanda como la cotización
del dólar. Aunque los economistas insisten que el dólar no ha subido lo
suficiente para presentar una amenaza a la recuperación estadounidense,
una moneda más fuerte crearía vientos de cola para la economía. Un dólar
en alza encarecería las exportaciones, lastrando así el crecimiento.
Se
prevé que el informe de empleo que el Departamento de Trabajo de EE.UU.
divulgará el viernes, muestre un alza en agosto. El jueves, en tanto,
se reunirá el Banco Central Europeo y los observadores esperan que la
entidad revele nuevos detalles sobre sus planes para comenzar a comprar
activos para apuntalar la economía.
"EE.UU.
marcha a buen ritmo", expresa Gary Herbert, un gestor de portafolio de
Brandywine Global Investment Management, que supervisa US$58.000
millones en activos. "El resto del mundo no ha seguido sus pasos,
especialmente Europa y Japón".
Herbert
manifiesta que ha estado comprando bonos denominados en dólares en los
últimos meses y que los amplios portafolios de deuda de la firma no
tienen exposición al euro o el yen.
Aunque
muchos inversionistas han anticipado un repunte del dólar desde hace
meses, por no decir años, las pasadas rachas alcistas de la moneda se
han visto frustradas por la irregularidad de la economía de EE.UU. La
falta de claridad de las señales económicas y la incertidumbre en torno
al momento que elegirán los bancos centrales para entrar en acción
habían mantenido a los mercados de divisas apacibles hasta hace poco,
frustrando las apuestas de los inversionistas a una caída pronunciada
del euro frente al dólar.
En las
últimas semanas, la disparidad entre las cifras económicas
estadounidenses relativamente positivas y los informes decepcionantes de
Europa y Japón se ha vuelto demasiado grande para ser ignorada.
Las
apuestas a un alza del dólar frente al euro y el yen alcanzaron el 26
de agosto un máximo de 253.548 contratos, según los últimos datos de la
Comisión de Comercio de Futuros de Commodities de EE.UU. Esto equivale a
más del doble de la cifra de comienzos del año.
A
pesar de las recientes alzas, el dólar sigue estando bastante por
debajo de las alturas a las que llegó a principios de los años 2000.
Además, hay dudas de que la Fed avanzará con la premura prevista por
algunos inversionistas optimistas, debido a que el crecimiento en
algunos segmentos de la economía estadounidense es frágil. Esto podría
debilitar el repunte de la divisa, indican algunos escépticos.
El
dólar "dejó de ser barato", apunta Sam Katzman, director de inversiones
de Constellation Wealth Advisors, que gestiona unos US$6.000 millones.
En
años recientes, algunas empresas estadounidenses se han beneficiado de
un dólar débil, dice Katzman, una tendencia que podría revertirse si la
potencia del dólar perdura. El gestor añadió que en un momento en que
las bolsas de EE.UU. baten un récord tras otro, los inversionistas
podrían ser reacios a colocar más dinero en renta variable, lo que
atenuaría las alzas del dólar. "Cuando hay una bolsa de valores que no
está barata y hay vientos en contra en los mercados de divisas", los
inversionistas bursátiles y las empresas podrían considerar trasladar
activos de EE.UU. al exterior, señala Katzman.
El
martes, el euro cayó a un mínimo de 11 meses de US$1,311 antes de
recuperarse el miércoles para negociarse en torno a US$1,315. El yen
descendió en un momento ayer a un mínimo de casi ocho meses y en la
tarde se negociaba a 104,84 unidades por dólar.
—Min Zeng contribuyó a este artículo.
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