Francisco Lainez: “Yo me propuse eliminar la influencia política”
En 1960 impulsó la creación del Banco Central de Nicaragua, una institución nueva que nació del desaparecido Banco Nacional. Al abrir sus puertas en enero de 1961, Francisco Lainez advirtió al entonces Presidente de la República, Luis Somoza Debayle, que mientras estuviera en el cargo no permitiría que ningún Somoza abriera un banco
Francisco Lainez, ex presidente del Banco Central de Nicaragua.
Luis Núñez Salmerón
Francisco Lainez nació en Managua en 1925 e hizo sus estudios primarios en el Instituto Pedagógico de Managua y la secundaria en el Instituto Ramírez Goyena, de donde salió para estudiar economía en Chile regresando en 1950 a Nicaragua para trabajar en el Banco Nacional. Tres años después volvió nuevamente a Chile regresando al departamento de Emisiones de este banco, que hacía las veces de banca central. Nuevamente sale para Chile y regresa a trabajar en el Instituto de Fomento Nacional (Infonac) hasta que finalmente vuelve al Banco Nacional donde funda posteriormente el Banco Central de Nicaragua.
Contrario a lo que muchos piensan, el Banco Nacional también atravesó en la década del cincuenta los mismos problemas que lo llevaron a la quiebra en 1998, créditos políticos, alta cartera vencida, que lo motivaron en 1959, cuando asumió la gerencia general de este banco, a hacer una revisión profunda de la cartera seleccionando la impagable y la que podía rescatarse. Eso llevó a cobros judiciales a muchos productores y le ganó una fama de ser hombre duro. Pero justifica que era la única forma de evitar la quiebra del banco.
¿Cómo lo apodaron el Che Lainez?
Después de una breve sonrisa y hacer memoria sobre el medio donde salió publicada la caricatura que marcó el apodo, responde muy serio.
Cuando regresé de Chile, a principio de 1959, todas las estructuras servilistas del poder señalaban de comunista a quien querían. Como vengo de Chile, dicen que soy comunista y habían grupos de periodistas como Sidar Cisneros, Chato Lang, Cornelio Hüeck, gente muy allegada a estos círculos y allí quedó. Lo del Che surge en 1959, siendo yo gerente general y sale porque había un periódico crítico político de Abdul Olivares (La Semana Cómica), entonces cuando yo tengo que revisar toda la cartera del banco, como te decía yo seleccioné lo que era recuperable y los que no había caso. Estos últimos se mandaban al abogado. Entonces Abdul concibió que todos esos que mandaba al abogado yo los mandaba a fusilar y sacó una caricatura en primera página con el abogado y una ametralladora mientras yo doy la orden. Esto coincide que en enero del 59 el Ché Guevara asume la presidencia del Banco Nacional de Cuba.
¿Cómo es que el Banco Nacional llega a esa situación crítica?
Por créditos políticos, en ese tiempo en el Banco Nacional había una gran influencia política, eran los primeros años del gobierno del general (Anastasio) Somoza, nadie pagaba los créditos. Yo empecé en ese momento a revisar toda la cartera, por lo que recorrí todo el país para establecer nuevas políticas para el algodón, el café, para el ganado, en el sentido que el deudor que no tuviera capacidad de pago en el mediano plazo fuera ejecutado. Eso es duro y en aquellos tiempos era también un problema. Aquéllos con una capacidad de pago se les daba todas las facilidades pero con base en un mínimo de producción. Con el algodón se empezó con una política en ese tiempo, tomando en cuenta el precio internacional del algodón y se necesitaban producir 18 quintales en rama para que el productor ganara y pudiera pagar. La gente que tenía esos promedios siguió con el banco y tenía todas las puertas.
¿Cómo surge el Banco Central?
Yo vi que después de revisar toda la cartera, en nueve meses de trabajo, había que crear una nueva estructura bancaria. El Banco Nacional tenía tres departamentos, el departamento de crédito, el departamento de emisión que era el que hacía de Banca Central y un departamento de exportación. Le propuse al presidente Luis Somoza que esa estructura había que cambiarla. En eso no tuve ningún problema, el Presidente entendió la situación y le hice entender que si no lo hacíamos así todo lo que se había dejado en el Banco Nacional se iba a perder, iban a venir los créditos malos, los créditos políticos y todo eso.
Le pasé el proyecto de ley y lo aprobó el Congreso en agosto de 1960 y después le pedí el traslado al Banco Central porque era el que quería desarrollar. El no quería porque como habíamos tenido éxito en el Banco Nacional y quería que me quedara, al final me trasladó y quedé como presidente del Banco Central de Nicaragua. Asumí el 1 de enero de 1961, éramos un pequeño grupo, éramos unos 40.
¿Dónde empezó a funcionar esta nueva institución?
Donde está la Asamblea Nacional actualmente, funcionaba el Banco Nacional. De allí media cuadra arriba había un edificio donde había estado Sears. Yo necesitaba salirme del edificio del Banco Nacional para no confundir a la gente del banco y para que estuvieran claros que no era la misma cosa. Nos fuimos a la media cuadra y allí abrimos.
¿Hubo resistencia a la nueva estructura?
En ese tiempo no había lo que se llama ahora gabinete económico, había un área económica compuesta por Hacienda, Agricultura, Finanzas. Aquí no había conocimiento de lo que era el Banco Central, así que no hubo oposición. Nadie entendía lo que se había hecho.
Empezamos a reordenar la normas de política crediticia, al Estado no se le volvió a dar crédito, ninguna operación, al gobierno, que estaba en déficit fiscal igual que ahora, no se le dio crédito, al Banco Nacional solamente se les daba con base en documentos acordes con la política crediticia, para café, ganado, industria. En ese tiempo ya se había fundado el Banco Nicaragüense y el Banco de América, había Calley Dagnal y entraron a normarse por la política crediticia.
¿Esta nueva institución era totalmente independiente del Presidente?
Es muy difícil que no la haya pero yo me propuse eliminar la influencia política en general para las operaciones, para que el personal anduviera en manifestaciones del partido y les quitaran el cinco por ciento. En ese sentido fue totalmente autónomo.
¿Eso no le trajo problemas?
Yo entiendo que por viveza si la economía marchaba bien la parte política sería más fácil. Toda la relación política que había era entre él y yo no trascendió a la institución y así fue que poco a poco la institución siguió creciendo. Había confianza.
¿Una vez concluido el período de Luis Somoza cómo fue su relación con el presidente René Schick?
El doctor Schick me dijo: “Encargate vos de la cuestión económica”, y no mostró ninguna variante, todos los ministerios de Hacienda, de Agricultura, que incluso en aquel tiempo se llamaba fomento y carretera era para gestionar caminos de penetración. Por ejemplo, la carretera llamada de los millonarios de Chinandega, yo se las hice, convencí al ministro para que se las hiciera. Me interesaba que los ministerios se integraran a este proceso, con el Banco Nacional las relaciones fueron buenas, igual con el Infonac.
Por ejemplo el Banco Central para el aspecto ganadero contratamos una firma argentina Latinoconsult, para convertir todo el ganado criollo y empezamos a traer ganado brahman, suizo y el Banco Nacional daba los créditos y Latinoconsult daba la asesoría.
Algunos han señalado que el proceso de industrialización quedó a medio camino. En realidad ¿qué pasó con este proceso?
Considero que sí prosperó cuando comenzó el proceso de integración centroamericana apenas importábamos medio millón de dólares, cuando me retiré llevábamos 160 millones de dólares. Quien lo dejó morir fue el Frente (Sandinista) y se aisló del proceso. Nosotros íbamos siempre adelantados en el aspecto industrial, en esos diez años de la década del ochenta, que aquí no se hizo nada, Guatemala, El Salvador aprovecharon para modernizarse. Costa Rica estaba más atrasada que nosotros.
¿Por qué se retira del Banco Central?
Termino en 1968, tenía siete años y medio de estar en el cargo, los períodos eran de tres años, y llevaba la mitad de un período y me faltaba la mitad. Me retiro porque a pesar que yo en ese tiempo tenía una gran amistad con el general Anastasio Somoza Debayle, fui secretario general de su campaña. Pero ya electo presidente tuvo un viraje radical y empezaron las cosas turbias, yo me retiré a los siete años y medio. Un año después que él asume. Luché para que las cosas no se desviaran, lo hice hasta que él me propuso que me retirara y me ausentara un año y que después me reincorporara y eso era peligroso porque eso implicaba que me podría encontrar con cosas peores.
¿En los 80 se quedó en el país?
Había pensado salirme del país antes de la entrada de los sandinistas y ya tenía mi traslado con mis familiares a Guatemala. Ya tenía trabajo, pero los muchachos empezaron a pedirme que terminara el semestre, que esto y lo otro. Me presionaron y me quedé. No podría salir porque Somoza me tenía sin pasaporte, lo quise gestionar con los sandinistas y fue difícil hasta que Michelle Najlis me dio uno provisional y con eso me fui a Guatemala y no volví hasta 1990. Estuve en Guatemala ocho años, un año en Miami y otro en Guadalajara donde tengo un hijo.
A su regreso en 1990, Lainez vuelve nuevamente al sector privado pero no se integra al gobierno de doña Violeta pero sí lo hace con el del doctor Alemán, quien le dio el cargo de Ministro de Economía (ahora Ministerio de Fomento, Industria y Comercio), puesto en el que estuvo sólo cuatro meses.
Actualmente Lainez se dedica a leer, escribir y realizar análisis económicos.
SU RELACIÓN CON LOS SOMOZAS
Francisco Lainez es toda una institución económica en Nicaragua, fundó el Banco Central y es un reconocido y respetado economista. Sin embargo, es un personaje que se escabulle de los medios de comunicación, es algo que forma parte de su seria personalidad, sin embargo, en esta entrevista hizo algunas remembranzas de su relación con el ex presidente Luis Somoza, el segundo de la dinastía.
¿Qué opinión le merece el ex presidente Luis Somoza?
Desde que conozco de Nicaragua, lo que he podido repasar, para mí ha sido el mejor presidente.
Y el doctor Schick Gutiérrez (presidente que sucedió a Luis Somoza)?
Es que son dos cosas, el doctor Schick era un hombre de buen carácter y su simpatía expresada en ir a regalar a los pobres. Pero su capacidad de estadista no la tenía. En cambio Luis Somoza sí la tenía. Fue duro como los Somoza, pero no era un hombre duro como el hermano sino duro con guantes de seda. Tenía estrategia más civilizada y era muy vivo pues. Solamente le quedaba el problema político, ya que la economía andaba bastante bien. Lo difícil era que las dos cosas estuvieran bien, entonces don Luis Somoza creo yo que tuvo más visión de país, del desarrollo económico y social de Nicaragua.
¿Él no estaba de acuerdo en otro Somoza como presidente?
El problema fundamental, y Luis lo trató conmigo no siendo presidente, eran los militares. Él era del criterio que los Somoza debieron haber llegado hasta Luis, pero Tacho (Anastasio, el último presidente de la dinastía) tenía una ambición y había un problema entre ellos. Eso me planteó Luis en una ocasión que estuvimos en el Country Club, amanecimos tomando café negro. Me dijo que yo convenciera a Tacho para que desistiera. Luis en el fondo no creía que Tacho fuera el ideal, por su carácter, que pudiera ser.
Lo que quería Luis en el fondo era salir de la primera plana y quedar mandando tras bastidores.
¿De dónde sale aquella famosa frase atribuida a Luis Somoza de que a Anastasio lo podrían subir pero sería difícil bajarlo del poder?
En reuniones de amigos, no es ni de Luis, se lo dieron allí, porque el mismo círculo de Luis pensaba de esa forma. Lo que pasó es que Tacho hizo una movida y el Estado Mayor lo pidió y se adelantó sin que ya nada pudiera hacer más que impulsar su campaña.
Me interesó esta entrevista a quien impulsó la creación del Banco Central de Nicaragua.
Tomado de La Prensa el diario de los nicaraguenses.
En 1960 impulsó la creación del Banco Central de Nicaragua, una institución nueva que nació del desaparecido Banco Nacional. Al abrir sus puertas en enero de 1961, Francisco Lainez advirtió al entonces Presidente de la República, Luis Somoza Debayle, que mientras estuviera en el cargo no permitiría que ningún Somoza abriera un banco
Francisco Lainez, ex presidente del Banco Central de Nicaragua.
Luis Núñez Salmerón
Francisco Lainez nació en Managua en 1925 e hizo sus estudios primarios en el Instituto Pedagógico de Managua y la secundaria en el Instituto Ramírez Goyena, de donde salió para estudiar economía en Chile regresando en 1950 a Nicaragua para trabajar en el Banco Nacional. Tres años después volvió nuevamente a Chile regresando al departamento de Emisiones de este banco, que hacía las veces de banca central. Nuevamente sale para Chile y regresa a trabajar en el Instituto de Fomento Nacional (Infonac) hasta que finalmente vuelve al Banco Nacional donde funda posteriormente el Banco Central de Nicaragua.
Contrario a lo que muchos piensan, el Banco Nacional también atravesó en la década del cincuenta los mismos problemas que lo llevaron a la quiebra en 1998, créditos políticos, alta cartera vencida, que lo motivaron en 1959, cuando asumió la gerencia general de este banco, a hacer una revisión profunda de la cartera seleccionando la impagable y la que podía rescatarse. Eso llevó a cobros judiciales a muchos productores y le ganó una fama de ser hombre duro. Pero justifica que era la única forma de evitar la quiebra del banco.
¿Cómo lo apodaron el Che Lainez?
Después de una breve sonrisa y hacer memoria sobre el medio donde salió publicada la caricatura que marcó el apodo, responde muy serio.
Cuando regresé de Chile, a principio de 1959, todas las estructuras servilistas del poder señalaban de comunista a quien querían. Como vengo de Chile, dicen que soy comunista y habían grupos de periodistas como Sidar Cisneros, Chato Lang, Cornelio Hüeck, gente muy allegada a estos círculos y allí quedó. Lo del Che surge en 1959, siendo yo gerente general y sale porque había un periódico crítico político de Abdul Olivares (La Semana Cómica), entonces cuando yo tengo que revisar toda la cartera del banco, como te decía yo seleccioné lo que era recuperable y los que no había caso. Estos últimos se mandaban al abogado. Entonces Abdul concibió que todos esos que mandaba al abogado yo los mandaba a fusilar y sacó una caricatura en primera página con el abogado y una ametralladora mientras yo doy la orden. Esto coincide que en enero del 59 el Ché Guevara asume la presidencia del Banco Nacional de Cuba.
¿Cómo es que el Banco Nacional llega a esa situación crítica?
Por créditos políticos, en ese tiempo en el Banco Nacional había una gran influencia política, eran los primeros años del gobierno del general (Anastasio) Somoza, nadie pagaba los créditos. Yo empecé en ese momento a revisar toda la cartera, por lo que recorrí todo el país para establecer nuevas políticas para el algodón, el café, para el ganado, en el sentido que el deudor que no tuviera capacidad de pago en el mediano plazo fuera ejecutado. Eso es duro y en aquellos tiempos era también un problema. Aquéllos con una capacidad de pago se les daba todas las facilidades pero con base en un mínimo de producción. Con el algodón se empezó con una política en ese tiempo, tomando en cuenta el precio internacional del algodón y se necesitaban producir 18 quintales en rama para que el productor ganara y pudiera pagar. La gente que tenía esos promedios siguió con el banco y tenía todas las puertas.
¿Cómo surge el Banco Central?
Yo vi que después de revisar toda la cartera, en nueve meses de trabajo, había que crear una nueva estructura bancaria. El Banco Nacional tenía tres departamentos, el departamento de crédito, el departamento de emisión que era el que hacía de Banca Central y un departamento de exportación. Le propuse al presidente Luis Somoza que esa estructura había que cambiarla. En eso no tuve ningún problema, el Presidente entendió la situación y le hice entender que si no lo hacíamos así todo lo que se había dejado en el Banco Nacional se iba a perder, iban a venir los créditos malos, los créditos políticos y todo eso.
Le pasé el proyecto de ley y lo aprobó el Congreso en agosto de 1960 y después le pedí el traslado al Banco Central porque era el que quería desarrollar. El no quería porque como habíamos tenido éxito en el Banco Nacional y quería que me quedara, al final me trasladó y quedé como presidente del Banco Central de Nicaragua. Asumí el 1 de enero de 1961, éramos un pequeño grupo, éramos unos 40.
¿Dónde empezó a funcionar esta nueva institución?
Donde está la Asamblea Nacional actualmente, funcionaba el Banco Nacional. De allí media cuadra arriba había un edificio donde había estado Sears. Yo necesitaba salirme del edificio del Banco Nacional para no confundir a la gente del banco y para que estuvieran claros que no era la misma cosa. Nos fuimos a la media cuadra y allí abrimos.
¿Hubo resistencia a la nueva estructura?
En ese tiempo no había lo que se llama ahora gabinete económico, había un área económica compuesta por Hacienda, Agricultura, Finanzas. Aquí no había conocimiento de lo que era el Banco Central, así que no hubo oposición. Nadie entendía lo que se había hecho.
Empezamos a reordenar la normas de política crediticia, al Estado no se le volvió a dar crédito, ninguna operación, al gobierno, que estaba en déficit fiscal igual que ahora, no se le dio crédito, al Banco Nacional solamente se les daba con base en documentos acordes con la política crediticia, para café, ganado, industria. En ese tiempo ya se había fundado el Banco Nicaragüense y el Banco de América, había Calley Dagnal y entraron a normarse por la política crediticia.
¿Esta nueva institución era totalmente independiente del Presidente?
Es muy difícil que no la haya pero yo me propuse eliminar la influencia política en general para las operaciones, para que el personal anduviera en manifestaciones del partido y les quitaran el cinco por ciento. En ese sentido fue totalmente autónomo.
¿Eso no le trajo problemas?
Yo entiendo que por viveza si la economía marchaba bien la parte política sería más fácil. Toda la relación política que había era entre él y yo no trascendió a la institución y así fue que poco a poco la institución siguió creciendo. Había confianza.
¿Una vez concluido el período de Luis Somoza cómo fue su relación con el presidente René Schick?
El doctor Schick me dijo: “Encargate vos de la cuestión económica”, y no mostró ninguna variante, todos los ministerios de Hacienda, de Agricultura, que incluso en aquel tiempo se llamaba fomento y carretera era para gestionar caminos de penetración. Por ejemplo, la carretera llamada de los millonarios de Chinandega, yo se las hice, convencí al ministro para que se las hiciera. Me interesaba que los ministerios se integraran a este proceso, con el Banco Nacional las relaciones fueron buenas, igual con el Infonac.
Por ejemplo el Banco Central para el aspecto ganadero contratamos una firma argentina Latinoconsult, para convertir todo el ganado criollo y empezamos a traer ganado brahman, suizo y el Banco Nacional daba los créditos y Latinoconsult daba la asesoría.
Algunos han señalado que el proceso de industrialización quedó a medio camino. En realidad ¿qué pasó con este proceso?
Considero que sí prosperó cuando comenzó el proceso de integración centroamericana apenas importábamos medio millón de dólares, cuando me retiré llevábamos 160 millones de dólares. Quien lo dejó morir fue el Frente (Sandinista) y se aisló del proceso. Nosotros íbamos siempre adelantados en el aspecto industrial, en esos diez años de la década del ochenta, que aquí no se hizo nada, Guatemala, El Salvador aprovecharon para modernizarse. Costa Rica estaba más atrasada que nosotros.
¿Por qué se retira del Banco Central?
Termino en 1968, tenía siete años y medio de estar en el cargo, los períodos eran de tres años, y llevaba la mitad de un período y me faltaba la mitad. Me retiro porque a pesar que yo en ese tiempo tenía una gran amistad con el general Anastasio Somoza Debayle, fui secretario general de su campaña. Pero ya electo presidente tuvo un viraje radical y empezaron las cosas turbias, yo me retiré a los siete años y medio. Un año después que él asume. Luché para que las cosas no se desviaran, lo hice hasta que él me propuso que me retirara y me ausentara un año y que después me reincorporara y eso era peligroso porque eso implicaba que me podría encontrar con cosas peores.
¿En los 80 se quedó en el país?
Había pensado salirme del país antes de la entrada de los sandinistas y ya tenía mi traslado con mis familiares a Guatemala. Ya tenía trabajo, pero los muchachos empezaron a pedirme que terminara el semestre, que esto y lo otro. Me presionaron y me quedé. No podría salir porque Somoza me tenía sin pasaporte, lo quise gestionar con los sandinistas y fue difícil hasta que Michelle Najlis me dio uno provisional y con eso me fui a Guatemala y no volví hasta 1990. Estuve en Guatemala ocho años, un año en Miami y otro en Guadalajara donde tengo un hijo.
A su regreso en 1990, Lainez vuelve nuevamente al sector privado pero no se integra al gobierno de doña Violeta pero sí lo hace con el del doctor Alemán, quien le dio el cargo de Ministro de Economía (ahora Ministerio de Fomento, Industria y Comercio), puesto en el que estuvo sólo cuatro meses.
Actualmente Lainez se dedica a leer, escribir y realizar análisis económicos.
SU RELACIÓN CON LOS SOMOZAS
Francisco Lainez es toda una institución económica en Nicaragua, fundó el Banco Central y es un reconocido y respetado economista. Sin embargo, es un personaje que se escabulle de los medios de comunicación, es algo que forma parte de su seria personalidad, sin embargo, en esta entrevista hizo algunas remembranzas de su relación con el ex presidente Luis Somoza, el segundo de la dinastía.
¿Qué opinión le merece el ex presidente Luis Somoza?
Desde que conozco de Nicaragua, lo que he podido repasar, para mí ha sido el mejor presidente.
Y el doctor Schick Gutiérrez (presidente que sucedió a Luis Somoza)?
Es que son dos cosas, el doctor Schick era un hombre de buen carácter y su simpatía expresada en ir a regalar a los pobres. Pero su capacidad de estadista no la tenía. En cambio Luis Somoza sí la tenía. Fue duro como los Somoza, pero no era un hombre duro como el hermano sino duro con guantes de seda. Tenía estrategia más civilizada y era muy vivo pues. Solamente le quedaba el problema político, ya que la economía andaba bastante bien. Lo difícil era que las dos cosas estuvieran bien, entonces don Luis Somoza creo yo que tuvo más visión de país, del desarrollo económico y social de Nicaragua.
¿Él no estaba de acuerdo en otro Somoza como presidente?
El problema fundamental, y Luis lo trató conmigo no siendo presidente, eran los militares. Él era del criterio que los Somoza debieron haber llegado hasta Luis, pero Tacho (Anastasio, el último presidente de la dinastía) tenía una ambición y había un problema entre ellos. Eso me planteó Luis en una ocasión que estuvimos en el Country Club, amanecimos tomando café negro. Me dijo que yo convenciera a Tacho para que desistiera. Luis en el fondo no creía que Tacho fuera el ideal, por su carácter, que pudiera ser.
Lo que quería Luis en el fondo era salir de la primera plana y quedar mandando tras bastidores.
¿De dónde sale aquella famosa frase atribuida a Luis Somoza de que a Anastasio lo podrían subir pero sería difícil bajarlo del poder?
En reuniones de amigos, no es ni de Luis, se lo dieron allí, porque el mismo círculo de Luis pensaba de esa forma. Lo que pasó es que Tacho hizo una movida y el Estado Mayor lo pidió y se adelantó sin que ya nada pudiera hacer más que impulsar su campaña.
Me interesó esta entrevista a quien impulsó la creación del Banco Central de Nicaragua.
Tomado de La Prensa el diario de los nicaraguenses.
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