Un informe concluye que el ocio nocturno es básico para la economía ibicenca

Si la oferta de ocio nocturno de la isla de Ibiza no es sostenible, es decir, si no se «reducen los elementos negativos» que comporta, éste «decaerá», lo que tendrá efectos negativos para la economía de la isla. Así lo asegura el artículo 'Pros i contres del turisme d'oci a Eivissa', incluido en el 'Anuari del Turisme de les Illes Balears', editado por la Fundación Gadeso, que se presentó ayer por la tarde en el Consell de Ibiza. Josep Ramon, autor del texto juntamente con María del Carmen Azpelicueta, destaca que el ocio nocturno «diferencia» a la isla de otros destinos similares de sol y playa. De hecho, afirma que sin él Ibiza sería «un producto turístico bastante común» y él y Azpelicueta hacen hincapié en que esa «diferenciación» ha permitido «aumentar la resistencia de la economía local» durante la crisis.

El texto detalla que las empresas del sector (discotecas, salas de fiesta y cafés concierto) facturan «más de 400 millones de euros al año y dan trabajo a cerca de 8.000 personas». «Si Ibiza dejara de ser referente mundial en discotecas, incluso aunque mantuviera una oferta de ocio nocturno equivalente a la de otros destinos, perdería las ventajas económicas», se lee en el artículo, que detalla que el ocio nocturno hace aumentar «la demanda, los precios y los ingresos» de los negocios, no sólo de las discotecas, sino también de los «servicios complementarios». Además, indica que el tipo de turista que visita Ibiza por las discotecas «puede tener un gasto por persona y día muy elevado». Poco antes de la presentación del documento, Ramon, profesor de la Escuela Universitaria de Turismo de Ibiza, señaló que las empresas dedicadas al ocio nocturno generan mucha actividad en las redes sociales, dándole popularidad a la isla como destino.
«No parece muy sensato dificultar un sector en el que Ibiza es líder», añade el artículo, que tiene muy presentes los inconvenientes y los «impactos negativos» que esta oferta genera en los residentes: «Ruido y luces que impiden el descanso de los vecinos, atascos de tráfico y problemas de aparcamiento, clientes que continúan la fiesta en la calle...». El documento habla de la contaminación lumínica (menciona la pantalla LED de Platja d'en Bossa), aunque la califica de problema «menos preocupante», y de la falta de transporte público, lo que redunda en «mucho tráfico» en las horas de apertura y cierre de las discotecas así como «muchos coches aparcados» en los alrededores durante toda la noche.
El artículo apunta a la concentración de clientes «bajo el efecto de diversas sustancias» en las cercanías de estos locales de ocio como uno de los aspectos que más molestias causa a los residentes. No sólo generan ruido y suciedad sino que llegan, incluso, a entrar en sus viviendas. La solución a esto pasa por «presencia policial» en las calles cercanas «para disuadir de estos comportamientos». En este sentido Ramon explica lo que ocurre en Las Vegas con los casinos: «En la calle no se tolera nada».
Ramon reconoce que encontrar una solución y un equilibrio «es difícil», pero asegura que pasa por un mayor control. El estudio admite que la oferta de ocio nocturno es «una actividad polémica» y apunta a otros dos obstáculos a la hora de hacerla sostenible: las desavenencias entre los diferentes empresarios del sector y la disparidad de posturas de las administraciones públicas a la hora de tomar medidas.

El director insular de Turismo, Vicent Torres, Benet, que presentó el estudio en el Consell de Ibiza, destacó la importancia de tener en cuenta las conclusiones de estudios como el 'Anuari del Turisme de les Illes Balears'. «Te hacen reflexionar», indicó el director insular.
Fuente: AQUÍ>

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