Los mercados de bonos tienen más de una preocupación

Hay un poco de temor ganando terreno en los mercados de bonos soberanos. Ya era hora, pese a que los inversionistas aún están subestimando cuánto podrían subir los bonos del tesoro a largo plazo.
Los bonos gubernamentales ya no son el mercado en el que no hay cómo perder, a medida que una caída constante en los precios eleva los rendimientos. El bono del tesoro a 10 años tiene un rendimiento de 1,79% frente el 1,36% al que había caído en julio luego del sacudón ocasionado por la decisión del Reino Unido de retirarse de la Unión Europea. Con las preocupaciones globales comenzando a calmarse y los bancos centrales repensando sus tácticas, al tiempo que la inflación comienza a ganar velocidad, los rendimientos podrían subir aún más.
Los temores de que el mundo entrara en una espiral deflacionaria se han calmado. El avance de los precios del petróleo ha levantado la presión a muchos países productores de energía, al tiempo que los esfuerzos de China por estabilizar su economía han tenido efectos positivos en otros mercados emergentes.
Una señal de esto es el incremento en las primas de término, la compensación extra que los inversionistas piden por mantener un bono de largo plazo hasta su vencimiento frente a lo que estiman que podrían ganar con una serie de valores a corto plazo durante el mismo periodo. Históricamente, las primas de término han sido positivas, ya que los inversionistas se preocupaban de que estuvieran subvalorando lo mucho que subirían las tasas en el futuro. Pero este año se adentraron en terreno negativo a lo largo de los mercados de bonos del mundo en desarrollo.
Los inversionistas aún se preocupan por las tasas bajas, pero no tanto como antes. La medida de la prima de término del bono del tesoro a 10 años calculada por el Banco de la Reserva Federal de Nueva York, por ejemplo, ha pasado de un mínimo de -0,76 puntos porcentuales a -0,38 puntos porcentuales.
Los cambios en la política del banco central también están influyendo. La decisión del mes pasado del Banco de Japón de fijar su meta de rendimiento de los bonos a 10 años en 0% con la intención de mantener las tasas a mayor plazo en el territorio positivo, redujo el atractivo relativo de los bonos del tesoro para los inversionistas japoneses. Las expectativas de que el Banco Central Europeo altere sus reglas para que pueda comprar más bonos a corto plazo y menos a largo plazo están teniendo un efecto similar. El presidente del Banco de la Reserva Federal de Boston Eric Rosengren sugirió durante el fin de semana que la Reserva Federal podría reemplazar valores a largo plazo en su portafolio con valores a corto plazo. La meta sería apretar la política monetaria al impulsar las tasas a largo plazo.

Pero quizás la principal razón por la cual los inversionistas deberían preocuparse por el avance de los rendimientos de los bonos del Tesoro es una de vieja data: la inflación. Las expectativas de inflación incluidas en los llamados TIPS (valores emitidos por el tesoro que están protegidos contra la inflación) implican que esta promediará 1,52% durante los próximos cinco años, más del 1,24% implícito al inicio de septiembre, pero aún muy bajo.

Y probablemente demasiado bajo. Ahora que el petróleo ya no está arrastrando a los precios, Barclays calcula que la medida de inflación sobre la cual se estima el TIPS estará en 2,4% para finales del año. Ver ese tipo de cifra forzaría a muchos inversionistas a repensar su postura sobre las tasas.

WSJ

Comentarios

Envíanos un mensaje

Nombre

Correo electrónico *

Mensaje *